En los momentos mas difíciles, estaré mas cerca de mi Dios

Al acercarnos a Dios estaremos más seguros y aprenderemos más del Padre, así podremos saber las artimañas de aquel que siempre ha querido apartarnos de la gracia de Dios trayéndonos cosas negativas.

Confiemos en el Señor, ya que confiados en el Señor, podremos recibir fortaleza y sabiduría para poder entender Su Palabra, porque si tenemos al Padre cerca de nosotros, entonces seremos mejores hijos de Dios.

Dios nos ayudará a ser fieles ante cualquier dificultad, ya que Él nos dará las fuerzas y la sabiduría que necesitaremos para poder continuar en el camino de Dios. Por eso debemos estar confiados en el Señor porque Él es nuestro ayudador.

En los momentos difíciles es cuando en verdad debemos estar más cerca de Dios. Esto no quiere decir que solamente buscaremos de Él cuando estemos en problemas, ya que debemos acercarnos a Él en todo tiempo.

Jehová es mi fortaleza y mi escudo;
En él confió mi corazón, y fui ayudado,
Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi cántico le alabaré.

Salmos 28:7

Confiemos en el Señor todos los días de nuestras vidas, incluso cuando sintamos que ya nuestro tiempo ha terminado en este mundo, porque Dios siempre será nuestro escudo y fortaleza a nuestra alma desesperada.

Confíe su corazón al Dios de nuestra salvación, de gloria y honra solo a Él.

La importancia de confiar en Dios diariamente

La confianza en Dios no es algo que deba aparecer únicamente en los momentos de aflicción. Es un estilo de vida que nos sostiene tanto en la calma como en la tormenta. Muchas personas cometen el error de acercarse al Señor solo cuando atraviesan una crisis, pero el verdadero creyente sabe que la relación con Dios debe cultivarse en cada instante. Mientras más cerca caminemos de Él, más fuertes seremos frente a las tentaciones, las dudas y los ataques del enemigo.

Un refugio en medio de las pruebas

Las pruebas son inevitables en la vida del ser humano. Sin embargo, aquellos que confían en Dios encuentran en Él un refugio seguro. El salmista lo declara con claridad: el Señor es fortaleza y escudo. Esto significa que no importa qué tan fuerte sea la batalla, nuestra alma tiene en Dios la protección que necesita. Y cuando entendemos esto, podemos alabar incluso en medio de la adversidad, porque sabemos que no estamos solos.

La sabiduría que proviene del Padre

Otra gran bendición de confiar en Dios es que recibimos de Él sabiduría para tomar decisiones correctas. Muchas veces nos enfrentamos a caminos inciertos, pero cuando buscamos primero la voluntad del Señor, Él ilumina nuestro sendero y nos muestra la mejor dirección. La Palabra nos enseña que si alguno tiene falta de sabiduría, la pida a Dios, y Él la dará abundantemente. Esta promesa es una evidencia de Su cuidado y de Su interés por nuestras vidas.

El gozo que nace de la fe

La confianza en Dios produce gozo. El versículo citado de los Salmos habla de un corazón que se alegra y que entona cánticos de alabanza después de haber sido ayudado. Esa es la experiencia real de quienes dependen del Señor: aun en circunstancias duras, pueden cantar, porque saben que el Dios que los guarda no les abandona. El gozo cristiano no depende de lo externo, sino de la certeza de que el Padre celestial tiene el control.

Una decisión de fe para cada día

Finalmente, confiar en Dios es una decisión diaria. No se trata de emociones pasajeras, sino de una entrega constante al cuidado divino. Así como un niño confía plenamente en los brazos de su padre, el creyente debe aprender a descansar en el Señor. Cuando rendimos nuestro corazón, encontramos paz, esperanza y fortaleza para enfrentar cualquier situación.

Conclusión: Acerquémonos al Señor con fe sincera, cultivemos una relación continua con Él y confiemos cada día en Su poder. Solo así podremos experimentar la verdadera paz que sobrepasa todo entendimiento y el gozo de vivir bajo la sombra de Su protección.

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