Todo lo hizo hermoso en su tiempo

La creación de Dios es perfecta porque Él es perfecto y todo salió de Él, Él fue el arquitecto, Él se tomó todo su tiempo para que cada cosa fuese hecha como Él lo mandara. No dudemos. Dios es real.

Desde el inicio de los tiempos, la creación ha sido una muestra visible de la grandeza y el poder de Dios. La naturaleza que nos rodea, los cielos, la tierra, los mares y todo cuanto existe, dan testimonio de que no estamos aquí por casualidad, sino que todo fue diseñado con un propósito divino. La perfección que observamos en cada detalle del universo refleja a un Creador lleno de sabiduría, amor y poder, que quiso dejar huellas claras de su existencia para que el ser humano pueda contemplarlas y glorificarle.

Después de levantarnos, abrimos nuestros ojos y nos acercamos a nuestras ventanas y miramos los árboles, el sonido de los pajaritos cantando, un río con su sonido de fuertes corrientes de aguas. Todo esto hecho por el Señor Dios Todopoderoso.

Cada detalle de la naturaleza es una sinfonía que habla del poder de Dios. El canto de las aves nos recuerda que cada criatura tiene un propósito, los ríos nos muestran la fuerza y la constancia del Creador, y los árboles levantando sus ramas hacia el cielo parecen alabar al Señor día y noche. Cuando observamos la creación con ojos espirituales, no vemos simplemente fenómenos naturales, sino evidencias claras de la mano de Dios sosteniendo todo con orden perfecto.

Cómo he de alabar el santo y glorioso nombre del Señor, que vive y reina para siempre, que todo lo que hacía decía que era bueno, Él solo daba el mandato y ellos obedecían. El libro de Génesis nos detalla claramente cada una de estas cosas que sucedieron.

Todo lo hizo hermoso en su tiempo;

y ha puesto eternidad en el corazón de ellos,

sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.

Eclesiastés 3:11

Este pasaje nos enseña que la belleza de la creación está enmarcada en el tiempo perfecto de Dios. El ser humano, aunque posea intelecto y razonamiento, no logra comprender plenamente la magnitud de lo que Dios ha hecho. Sin embargo, Dios ha puesto en nuestro corazón un sentido de eternidad para que siempre lo busquemos y reconozcamos que hay algo más grande que nosotros mismos: su divina obra.

Al ver todas las maravillas hechas por Dios, nos regocijamos en gran manera alabando y exaltando su nombre, donde quiera que vamos levantamos un canto de júbilo y de gozo, porque el hombre nunca entenderá las obras que ha hecho. Muchos se cuestionan diciendo que no existe ningún Dios que haya creado todas estas cosas, pero otros dicen que sí existe un Dios que ha creado todo lo que nos rodea.

El debate sobre la existencia de Dios ha estado presente durante siglos. Sin embargo, quienes tenemos fe sabemos que nada de lo creado pudo surgir de la nada. La perfección en el diseño de la naturaleza, la exactitud de los ciclos, la armonía del universo, todo apunta a un Creador inteligente. La nada no tiene poder creativo, pero Dios es fuente de vida y todo lo visible es prueba de ello.

La pregunta es ¿todo salió de la nada? Pues no, porque la nada es algo vacío, pero Dios Creador de todo está lleno de poder y majestad por el cual es visible todo lo que está a nuestro alrededor.

Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse,

y hacer bien en su vida;

Eclesiastés 3:12

El sabio nos recuerda que no hay mejor cosa que vivir con alegría y hacer el bien en nuestra vida. Esto es posible cuando reconocemos que todo viene de Dios y que nuestra existencia no es fruto del azar. Al comprender esto, podemos disfrutar de la vida con gratitud, compartiendo con otros el amor que hemos recibido del Creador.

¿Por qué he de estar triste, si Dios nos permitió estar aquí y vivir, reír, y respirar el aire puro que nos rodea cada día, sintiendo el sonido de los árboles, de un río que al bajar el agua produce un sonido maravilloso?. Por todas estas cosas debemos estar agradecidos de Dios.

y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba,

y goce el bien de toda su labor.

Eclesiastés 3:13

Este versículo nos muestra que todo lo que disfrutamos diariamente es un regalo del Señor. El alimento, el trabajo y los momentos de gozo forman parte de las bendiciones que Dios ha destinado para nosotros. Reconocer que todo proviene de Él nos lleva a vivir con humildad, sin arrogancia, entendiendo que nada es mérito propio sino gracia divina.

Todo fue creado por Él, para que seamos buenos administradores, para que sepamos cuidar y valorar todo lo que Dios creó para la humanidad, por eso es bueno que día tras día demos gracias a Dios por sus maravillas con cada uno de nosotros.

Conclusión: La creación es el reflejo más puro de la grandeza de Dios. Todo cuanto existe es testimonio de su poder, de su amor y de su voluntad perfecta. No debemos dejar pasar un día sin agradecerle por el aire que respiramos, por la tierra que pisamos, por el agua que bebemos y por cada detalle de la naturaleza. El ser humano fue puesto como administrador de lo creado, y nuestra responsabilidad es cuidarlo, valorarlo y usarlo para la gloria de Dios. Que cada amanecer nos recuerde que estamos rodeados de sus maravillas y que todo fue hecho hermoso en su tiempo.

Andad en Él
Dios no te abandonará