Cómo hacer grande tu postrer estado

Este tema lo podemos asociar de diferentes maneras, en este caso podemos hablar de la prueba que pasó Job cuando fue probado, que a pesar de las condiciones en las que se encontraba nunca renegó del poderío y majestad de Dios, incluso, en el momento de su prueba dijo que pudo ver a Dios.

También podemos destacar que este hombre era rico, pero a pesar de sus riquezas era humilde y se dejaba guiar por Dios.

Si tú de mañana buscares a Dios,
Y rogares al Todopoderoso;

Job 8:5

Unas de las mejores formas de pasar la prueba es dando gloria a Dios, buscándolo y exaltando su nombre en medio de ella, pensando solo en que Dios tiene la solución de tus pruebas, ¿por qué no he de alabarlo si solo Él puede hacer todas las cosas posibles?.

Cuando buscamos a Dios de mañana y confiamos en Él, pues nuestras vidas pasarán de las pruebas a ser bendecidos por Dios, porque Dios permite las pruebas en nosotros para enseñarnos que en medio del proceso no moriremos sino que conoceremos más a Dios y saldremos de nuestro estado hacia uno mejor, momento de alegría y esperanza.

Si fueres limpio y recto,
Ciertamente luego se despertará por ti,
Y hará próspera la morada de tu justicia.

Job 8:6

El estado de prueba en el cual nos podemos encontrar es lo que permitirá que busquemos a Dios, que sigamos sus estatutos, que sigamos firmes, que seamos limpios y purificados, porque Dios irá en tu socorro y te librará de tu grande prueba y tu postrer estado será grande, con la bendición y la justicia de nuestro Dios estará sobre ti:

Y aunque tu principio haya sido pequeño,
Tu postrer estado será muy grande.

Job 8:7

Sé que es bien difícil pasar por una prueba, pero sé sabio y solo escucha la voz poderosa de Dios, da gracias a Dios por ese momento difícil, deja que Dios haga como Él quiera, no maldigas, no dejes que el enemigo te engañe, solo confía en Dios y Él hará. Si lo hizo una vez con Job, también lo puede hacer contigo. Dios es poderoso y es tu ayudador.

La vida de Job nos enseña que las pruebas no son señales de abandono de Dios, sino oportunidades para demostrar fidelidad y confianza. Él lo perdió todo: familia, bienes materiales y salud, pero nunca perdió la esperanza. Este ejemplo nos inspira a mantener la fe cuando atravesamos desiertos espirituales o crisis personales. No debemos interpretar las pruebas como un castigo, sino como un proceso de refinamiento donde Dios trabaja en nuestro carácter.

Muchos creyentes suelen preguntarse: ¿por qué si sirvo a Dios tengo que sufrir? La Biblia responde que la prueba de nuestra fe produce paciencia y nos fortalece. Así como el oro se purifica en el fuego, también nuestras vidas son moldeadas en las adversidades. El secreto está en mantener la mirada fija en el Señor y no en las circunstancias. Job sabía que su Redentor vivía, y esa convicción lo sostuvo en medio del dolor más intenso.

Hoy también podemos aplicar este principio a nuestras vidas. Quizá no enfrentemos pérdidas tan radicales como las de Job, pero todos pasamos por problemas familiares, financieros, de salud o espirituales. En esos momentos, lo mejor que podemos hacer es clamar al Todopoderoso cada mañana, como dice el pasaje de Job 8:5, y confiar en que Su mano nos levantará. Dios nunca deja al justo desamparado y siempre tiene preparado un final de esperanza para quienes confían en Él.

La promesa de que el postrer estado será más grande que el principio es un bálsamo para el alma. Tal vez hoy estés comenzando con poco, atravesando luchas o sintiéndote derrotado, pero la fidelidad de Dios asegura que tu futuro puede ser mejor que tu presente. Él recompensa la obediencia y la perseverancia, y abre puertas que ningún hombre puede cerrar. Así como Job fue restaurado y recibió el doble de lo que había perdido, también nosotros podemos experimentar la restauración divina.

En conclusión, la prueba no debe ser vista como un obstáculo que nos aleja de Dios, sino como un puente que nos acerca más a Él. Job salió fortalecido, con un testimonio poderoso y con la seguridad de que Dios siempre estuvo a su lado. De la misma manera, si permanecemos fieles, veremos la gloria de Dios manifestada en nuestras vidas. Recordemos que el sufrimiento es pasajero, pero la bendición del Señor permanece para siempre. Confiemos en Él, adoremos en medio de la prueba y esperemos en Su perfecta voluntad, porque lo mejor siempre está por venir.

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