¿Qué tan importante es la Biblia o Palabra de Dios? Es vital que esa pregunta resuene en nuestras vidas y así podamos darnos cuenta del eterno valor que esta tiene. Lo primero que debemos comprender es que esa es la Palabra de Dios, la cual es inerrante, verdadera, noble y que nos guía a toda justicia y verdad. No es un simple libro con la tapa negra que dice «Santa Biblia», es la Palabra de Dios, y ella nos guiará a vivir una vida plena y saludable ante Dios.
La Biblia ha sido durante siglos el libro más leído, traducido y estudiado de toda la historia. No solo es una obra literaria de gran riqueza, sino que es la revelación misma de Dios a la humanidad. A través de sus páginas podemos conocer el carácter del Señor, sus mandamientos, sus promesas y, sobre todo, el plan perfecto de salvación en Cristo Jesús. Al acercarnos a la Palabra de Dios no debemos hacerlo con indiferencia, sino con reverencia y un profundo deseo de ser transformados por ella.
El apóstol Pablo entendía muy bien el significado de las Escrituras y es por esto que dice lo siguiente:
16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,
17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
2 Timoteo 3: 16-17
Amigos, el apóstol da comienzo a este versículo 16 de una manera muy definitiva, él dice: «Toda la Escritura es inspirada por Dios». Creo que eso es lo primero que debemos saber, que la Biblia es un libro con vida, es un libro que produce vida, por el sencillo hecho de que es la Palabra de Dios dada a los hombres.
Cuando la Biblia nos dice que es inspirada por Dios, quiere decir que no es fruto de opiniones humanas, sino que fue dada por el Espíritu Santo a través de los profetas y apóstoles. Por lo tanto, podemos confiar plenamente en que cada palabra escrita tiene un propósito divino. Ella nos enseña lo que debemos creer, nos corrige cuando nos desviamos y nos instruye para que vivamos de una manera que agrade a Dios.
Hoy en día muchas personas dentro de las iglesias se encuentran este libro aburrido, les da pereza leerla o estudiarla, se lo encuentran una tarea muy abrumadora para su vida tan animada. Sin embargo hermanos, se supone que debemos tener ansias por conocer de esta Palabra, ya que es la Palabra de Dios.
Una de las razones por las que muchos descuidan la lectura de la Biblia es porque no han entendido que ella es alimento espiritual. Así como el cuerpo necesita comida diaria para estar fuerte, el alma necesita la Palabra de Dios para mantenerse viva y firme en medio de las pruebas. Jesús mismo dijo: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Esto nos recuerda que nuestra dependencia de la Escritura es vital.
¿Cuál es la manera de ser un verdadero creyente de Dios? La manera es como Pablo lo define en el versículo 17 y finales del verso 16: La Palabra de Dios es útil y esto con el fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Desde el día de hoy es bueno que aprendamos la utilidad de las sagradas Escrituras, ya que es la manera de que estemos bien preparados. La Biblia nos equipa para enfrentar los desafíos de la vida, para tener discernimiento ante las mentiras del enemigo y para vivir de acuerdo con la voluntad del Señor. Un creyente sin la Palabra es como un soldado sin armas; está expuesto y débil, pero aquel que se aferra a la Palabra camina en victoria y seguridad.
En conclusión, la Biblia no es un libro cualquiera que podemos leer de vez en cuando. Es la voz de Dios hablándonos directamente, enseñándonos, corrigiéndonos y guiándonos. Si queremos crecer espiritualmente y vivir vidas plenas, debemos hacer de la Palabra de Dios nuestro manual diario. Que nunca falte en nuestro corazón el anhelo de abrir las Escrituras y dejarnos transformar por su poder.