Salvos por su misericordia

¿Por qué somos salvos? ¿Somos salvos porque lo hemos decidido o porque Dios en su misericordia ha decidido salvarnos? Hay algo muy especial que debemos entender sobre la salvación, y es que la salvación es un don de Dios, un regalo que Él nos concede a través de la muerte de su Hijo en la cruz, no porque nosotros lo merecemos, sino por su amplia misericordia para con nosotros.

El nuevo testamento nos habla mucho sobre la justificación a través de Cristo, sobre el regalo de la salvación, y siempre hace énfasis en que esto no es algo que se nos ha concedido porque somos buenos, intelectuales, inteligentes o porque tenemos cualquier tipo de talento, sino que se nos ha concedido porque Dios tiene misericordia de quien quiere y damos gloria a Dios porque ha tenido piedad de nosotros.

El apóstol Pablo escribió a Tito:

Nosotros no somos salvos por nuestras buenas obras o porque somos los cristianos más puntuales, no somos salvos por nada de esto sino que tenemos un Salvador y su nombre es Jesucristo. No pudimos salvarnos a nosotros mismos y era imposible que hoy fuésemos cristianos por voluntad propia, por lo cual, necesitábamos un salvador y Él nos salvó de nosotros mismos y de la ira de Dios.

Siempre debemos mantenernos en este pensar, de que hemos sido salvos por la amplia misericordia de Dios hacia nosotros y no por nuestras obras.

La salvación, por lo tanto, debe ser vista como un acto de amor inmerecido. El ser humano, desde el principio de la historia, ha demostrado su incapacidad para vivir conforme a la ley de Dios. Israel tuvo la ley, los profetas y los mandamientos, y aun así no pudo cumplirlos. Esto nos recuerda que por más disciplina o esfuerzo humano que hagamos, jamás lograremos alcanzar la perfección que Dios demanda. Por ello, la obra de Cristo en la cruz no solo fue necesaria, sino también suficiente para darnos la esperanza de vida eterna.

El apóstol Pablo también lo reafirma en Efesios 2:8-9 al decir: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. Este pasaje nos enseña que no existe espacio para la arrogancia espiritual ni para el orgullo humano, porque la salvación no es producto de nuestro mérito, sino una expresión pura de la gracia divina. Si dependiera de nuestra justicia, todos estaríamos condenados, pero gracias a Cristo tenemos acceso al perdón y a la reconciliación con el Padre.

Es necesario también reflexionar sobre el hecho de que la salvación no solo implica ser librados de la condenación eterna, sino que trae consigo una vida transformada en el presente. El Espíritu Santo es quien nos regenera, nos renueva y nos guía hacia una vida en obediencia a Dios. La salvación no es simplemente un boleto al cielo, sino un llamado a vivir en santidad y a dar frutos dignos de arrepentimiento. Esto demuestra que la obra de Dios en nosotros es completa: nos salva, nos transforma y nos sostiene.

Comprender la salvación como un regalo de Dios también debería despertar en nosotros una actitud de gratitud constante. Cada día, al abrir los ojos, debemos recordar que nuestra vida espiritual es el resultado de un sacrificio inmenso: la sangre derramada en la cruz. Esa realidad debe impulsarnos a vivir no para agradarnos a nosotros mismos, sino para glorificar al Señor en todo lo que hacemos. Así como no dependimos de nosotros mismos para ser salvos, tampoco debemos depender de nuestras fuerzas para mantenernos en el camino; es la gracia de Dios la que nos sostiene.

Finalmente, al pensar en la salvación, no podemos olvidar que es un mensaje que debe ser compartido. Si realmente entendemos que no es por nuestras obras, sino por la misericordia de Dios, entonces debemos proclamarlo con humildad y amor. El mundo necesita escuchar que hay un Salvador que ofrece vida eterna, y que este regalo está disponible para todos los que creen en Él. Nuestra responsabilidad es ser portadores de este mensaje, siendo testigos vivos de la gracia que nos alcanzó.

Conclusión: La salvación es un regalo de Dios, un acto de misericordia inmerecida que no depende de nuestros méritos humanos. Somos salvos únicamente por la obra de Cristo en la cruz, y esto nos lleva a vivir en gratitud, obediencia y misión. Recordemos siempre que no fuimos nosotros quienes elegimos salvarnos, sino Dios quien en su amor decidió rescatarnos, para que en todo se manifieste Su gloria.

Jehová me recogerá
Perseverando en las pruebas y dificultades

13 comments on “Salvos por su misericordia

  1. Grasias hermano Poe ampliar porque son is salvos grasias a la misericordia De nuestro dios. Amen hermanos

  2. Recordemos que la fe sin obras es muerta, seria bueno complementar el mensaje diciendo que: nuestras obras son el resultado de nuestra fe, son la confirmacion de que nuestra fe no es falsa, sino una fe verdadera, son el resultado de Cristo en mi vida, sino nuestra fe seria como la de los demonios, ellos creen y tiemblan a Dios, pero no hay ningun tipo de obras, leer santiago 2 para entender este punto, de todas maneras excelente palabra para comenzar el Dia.

  3. Estoy muy interesada en saber más de Jesús pero nose como, leo los versículos del día y me gusta saber más

    1. Hola Yanett ke bueno ke deseas saber mas de jesus yo tambien me interese mucho y comence a buscar mas,ami me gusta mucho escuchar al pastor Alejandro bullon si kieres buscalo en YouTube te va gustar y aprende uno mucho espero k te sirva mi comentario..

  4. Gracias mi señor por las bendición que meas dado y por las qué me tiene por dar gracias mi señor

  5. Amen, Buenos relatos del señor, mal los argumentos, redunda en lo mismo, repite y se vuelve muy aburrido el argumento que da la persona que explica, sea mas claro y conciso porfavor.

  6. La Biblia hace una aclaración muy específica en Efesios 2:8-9 que somos salvos por Gracia por medio de la fe.

  7. Grasias por esta aplicacion puedo nutrirme de la palabra de nuestro padre santo

  8. AMÉN ES TAN INSPIRADOR Y MARAVILLOSO DIOS ENTREGÓ A SU HIJO PARA SALVARNOS NO ES INCREIBLE AMEN DIOS LOS BENDIGA A TODOS

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *