Es importante que confiemos en Dios, porque Dios es quien nos sostiene y nos ayuda a seguir de pie, es bueno recordar que sin Él nada somos y nada podemos hacer, nuestras vidas deben estar siempre puestas en las manos del Dios todopoderoso.
El Dios fuerte y valiente nos defenderá y nos guardará del maligno, no importa quien se levante en tu contra. Dios peleará por ti y vencerá y quitará todo aquello que te haga o quiera hacerte la guerra.
Sean como el tamo delante del viento,
Y el ángel de Jehová los acose.Salmos 35:5
Dios siempre está atento, Él defiende a sus hijos, los cuida y le muestra el camino hacia la salvación. El ángel de Jehová nos defiende y quita todos los obstáculos, el maligno está atento a que caigamos para señalarnos con el dedo acusador.
Sea su camino tenebroso y resbaladizo,
Y el ángel de Jehová los persiga.Salmos 35:6
El salmista veía la maldad de estos hombres, pero al ver sus maldades entonces declaraba estas palabras diciendo, que su camino sea de oscuridad y que en un momento cayera en el resbaladero, y que el ángel de Jehová le persiga en todo su camino.
Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo;
Sin causa cavaron hoyo para mi alma.Salmos 35:7
Este hombre tenía un corazón agradable y hacia misericordia con las demás personas sin importar lo que habían hecho, pero también aparecían quienes le tenían envidia y le querían matar. Pero Dios nunca se apartaba de él, siempre estaba presto para ayudarle y para destruir sus adversarios.
De manera que si confiamos en Dios todo saldrá bien, porque todo aquel que tiene su confianza puesta en el Dios todopoderoso, le irá bien todo el tiempo, Dios es nuestro ayudador, nuestra fortaleza, él es nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Cree en Él y Él hará, el Dios que cuidó del Salmista David también cuidará de ti.
La confianza como escudo espiritual
Confiar en Dios no es solamente una idea abstracta, sino una práctica diaria que transforma la manera en que enfrentamos los problemas. Cuando una persona deposita su confianza en el Señor, no se deja dominar por el miedo ni por la incertidumbre, porque sabe que hay un Dios todopoderoso que pelea por él. La fe se convierte en un escudo espiritual que detiene las flechas del enemigo y nos permite caminar seguros en medio de cualquier circunstancia.
En la vida cotidiana enfrentamos retos, preocupaciones y ataques de diferentes tipos. Sin embargo, al igual que David, podemos clamar a Dios y descansar en que Él no nos abandona. La Biblia afirma que el Señor es nuestro pastor y nada nos faltará. Esta promesa nos invita a depender de Él en todo momento y a creer que su poder es mayor que cualquier adversidad que podamos experimentar.
El ejemplo del salmista David
David fue un hombre que pasó por múltiples pruebas, desde la persecución de sus enemigos hasta los momentos de angustia personal. Sin embargo, su confianza en Dios nunca se apagó. Él sabía que no estaba solo, que el ángel de Jehová lo defendía, y que aunque los hombres quisieran hacerle caer, el Señor tenía el control de todas las cosas. Esta actitud nos recuerda que nuestra fuerza no está en lo humano, sino en el respaldo divino.
La historia de David también nos enseña que podemos acudir al Señor con sinceridad, expresando nuestro dolor y pidiendo justicia. Confiar en Dios no significa ignorar la realidad, sino enfrentarla con la certeza de que Él es justo y peleará nuestras batallas. Cada oración de David es un ejemplo de fe que nos motiva a acercarnos con confianza al trono de la gracia.
Aplicación para nuestra vida
Hoy en día, los desafíos son distintos a los que enfrentaba David, pero la necesidad de confiar en Dios sigue siendo la misma. Hay quienes se levantan contra nosotros con críticas, injusticias o actitudes negativas, y también enfrentamos enemigos invisibles como la ansiedad, la desesperanza y el temor. En medio de estas luchas, Dios sigue siendo nuestro defensor. Él envía a sus ángeles para guardarnos y nos da la fortaleza para seguir adelante.
Por eso, es fundamental aprender a confiar plenamente en el Señor. Esto implica orar cada día, meditar en su Palabra y recordar que su amor es eterno. Cuando reconocemos que sin Dios nada somos, encontramos descanso en su presencia y paz en medio de la tormenta. Confiar en Él es vivir con la certeza de que no importa lo que pase, su gracia nos sostendrá.
Conclusión
La confianza en Dios es una decisión que trae esperanza y fortaleza. Así como David experimentó la protección divina, nosotros también podemos vivir bajo ese amparo si rendimos nuestras vidas al Señor. Él pelea por nosotros, nos defiende y nos levanta cuando pensamos que ya no podemos más. Cree en Dios, entrega tus cargas en sus manos y verás cómo Él transforma cada situación en una oportunidad para mostrar su gloria. Recuerda siempre: “El Dios que cuidó del salmista David también cuidará de ti”.