En este nuevo artículo de nuestra serie de versículos bíblicos fuera de contexto les traemos uno de los versículos favoritos de los tele evangelistas. Este pasaje ha sido citado y repetido incontables veces en prédicas y programas de televisión, muchas veces sin tener en cuenta lo que realmente quiso enseñar nuestro Señor Jesucristo. Por eso, es común escuchar frases como “decláralo y será tuyo” o “solo pídele a Dios lo que desees y lo recibirás”. Pero ¿es realmente ese el mensaje de este versículo? ¿Acaso Jesús estaba animando a sus discípulos a pedir riquezas, lujos o éxito personal? Antes de responder, veamos el texto en cuestión:
Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Lucas 11:9
Sobre este versículo se han levantado interpretaciones que lo convierten en un supuesto cheque en blanco para reclamarle a Dios lo que queramos: “¿Quieres un Mercedes Benz? ¡Reclámalo en el nombre de Dios y lo tendrás!”. “¿Quieres ganarte la lotería? ¡Solo toca la puerta y serás más rico que tu vecindario pecaminoso!”. Este tipo de pensamiento no es escritural. Lucas 11:9 tiene muy poco que ver con nuestra realización personal o con satisfacer caprichos materiales. Por eso, en lugar de usarlo como una fórmula mágica, debemos regresar al contexto y leer lo que Jesús realmente estaba enseñando en ese momento. Solo así podremos entender lo que significa pedir, buscar y llamar.
Para entender Lucas 11:9, comencemos a leer desde el primer versículo del capítulo:
Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.
2 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Los discípulos le pidieron a Jesús que los enseñase a orar (versículo 1). Así que Jesús les dio la oración modelo, el Padre Nuestro, que para nada nos incita a enriquecernos, al contrario, nos enseña a pedirle a Dios que se haga su voluntad (versículo 2) y adomás nos enseña a pedir lo necesario:
3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
El «pan nuestro de cada día» representa el sustento básico diario. Veamos ahora el versículo 4:
4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.
El padre nuestro nos enseña también que debemos perdonar para que Dios nos perdone a nosotros. Y también nos enseña a pedirle al Señor cuidarnos de caer en tentación y a librarnos del mal.
Ahora veamos los demás versículos que están antes del versículo 9:
5 Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes,
6 porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante;
7 y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos?
8 Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite.
Fíjense muy bien que en este ejemplo que Jesús pone, el amigo le está pidiendo al otro amigo algo que realmente necesita. No está pidiendo cosas lujosas para satisfacción personal, está pidiendo algo que necesita para sobrevivir.
Finalmente, caemos en el versículo 9 «Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.». Pero ¿pedir lo que yo desee, lo que se me antoje? ¡No! Si siguieron el hilo de todo lo que hemos analizado hasta ahora, la oración modelo que se ha enseñado en Lucas 11 nos enseña a:
- Reconocer que en el cielo y en la tierra se cumple la voluntad de nuestro Dios, no la nuestra.
- En cuanto a las cosas materiales, pedir solo lo necesario.
- Debemos perdonar a otros para recibir el perdón de Dios.
- Debemos pedirle a Dios librarnos de la tentación y de todo mal.
¿Qué podemos concluir? Que las cosas que realmente necesitemos, si se las pedimos al Padre, Él nos las dará. Que si buscamos lo que realmente necesitamos, eso hallaremos. Que si tocamos a la puerta con una verdadera necesidad, esta puerta será abierta. La oración no es para llenar nuestras cuentas de banco ni obtener autos lujosos. Con esto no queremos decir que Dios no nos prospere materialmente, pero sí que hay que tener cuidado a la hora de aplicar estos versículos en nuestra vida personal, ya que el «pedid y se os dará» no es una palabra mágica que usarás para obtener lo que se antoje.
Artículo anterior de nuestra serie de versículos fuera de contexto: Invocar la sangre de Cristo: Otra práctica anti bíblica