Las tentaciones son aquellas pruebas que quisiéramos nunca tenerlas en nuestro diario vivir, pero lamentablemente son el pan de cada día de cada cristiano y debemos tener las herramientas necesarias para vencerlas. Las tentaciones no solo llegan a usted y a mí, sino que también llegaron a la vida de Jesús en ciertos momentos. Y esta es la buena noticia, que nuestro Maestro fue tentado y pudo vencer, y de la misma manera es muy seguro que Dios nos dará la victoria en todas nuestras tentaciones.
1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.
2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
4 El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo,
6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está:
A sus ángeles mandará acerca de ti, m y,
En sus manos te sostendrán,
Para que no tropieces con tu pie en piedra. m
7 Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.
8 Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.
10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.
11 El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.
Una de las cosas que demuestra que somos verdaderos cristianos es la tentación y no las podemos evitar, pero sí podemos vencerlas, el mayor ejemplo de esto nos lo demostró Jesucristo. Él fue llevado al desierto por la propia voluntad del Espíritu para ser tentado. Esto no significa que Dios nos tiente, pero sí significa que Dios permite la tentación en nuestras vidas.
Muchas personas piensan que porque Jesús es el Hijo de Dios le fue fácil vencer la tentación, pero eso no es así, Él fue un hombre de carne y hueso igual que usted y que yo, mas fue un hombre que supo mantenerse en sumisión ante Dios. Uno de los mandatos que Cristo nos da es: Orad sin cesar, para que no caigáis en tentación. Y muchas veces nosotros nos olvidamos de la oración y por eso terminamos cayendo en pecados que podríamos haber evitado.
Sin duda alguna, en nuestro texto elegido, Satanás le dijo una que otras verdades a Jesús. Cristo tenía el poder de convertir la piedra en pan, Jesús podía hacer milagros jamás vistos. Pero el propósito del diablo era desviar a Jesús del propósito de Dios.
Un arma muy poderosa que Cristo usó en esta batalla fue la Palabra de Dios. Las Sagradas Escrituras serán algo vital en nuestra vida cristiana, a través de ellas conocemos cuál es el verdadero propósito de Dios y con eso no escuchamos la voz del maligno.
De manera que, no importa en qué tipo de tentaciones estés envuelto, Cristo estuvo envuelto en situaciones en las que posiblemente usted ni yo hemos estado y Dios le dio la victoria. Y sé que a nosotros Dios también nos dará la victoria. Dios te bendiga.
...