Debemos humillamos delante de nuestro Dios porque en nuestros corazones dijimos que debemos ser humildes delante de Él.
Recordemos que la misma Biblia habla de las personas que fueron altivas y muy orgullosas, y estas cosas en las vidas de la personas a Dios no le agrada.
Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde,
Mas al altivo mira de lejos.
Salmos 138:6
Cuando leemos la Biblia, nos encontraremos con el mismo Jesús hablando de aquellas personas que no eran humildes y era por eso que Él les enseñaba acerca de la humildad. Una persona que se enaltece por todo, que vive poniendo todo como lo mejor y lo primero en su corazón, que se llena de vanidad, Dios mira de lejos a estas personas.
Mientras Jesús salía de un lugar vino a él un joven rico y se arrodilló delante de Él, y le preguntó qué debía hacer para tener la vida eterna. Jesús le respondió que debía guardar los mandamientos, amar a su padre y su madre, no matar. El joven respondió que hacía todo eso y Jesús, conociendo su corazón, le dijo que le falta algo, vender todo lo que tenía y darlo a los pobres para tener tesoros en los cielos. Al escuchar esto este joven se fue triste.
Podemos notar que este joven rico quería tener la vida eterna pero sin pagar ningún precio. Al parecer, sus bienes eran más importantes que la salvación.
El amor al dinero es algo que puede contribuir a que crezca la altivez en tu vida, pues el tener muchas pertenencias puede hacer a las personas vanidosas.
Altivez de ojos, y orgullo de corazón,
Y pensamiento de impíos, son pecado.
Proverbios 21:4
Por eso debemos humillarnos delante de Dios, ser humildes ante todo, porque todo lo que tenemos lo debemos sólo a Él, debemos postrarnos ante su presencia para dar gloria y alabanzas de corazón.