Ser escogido por Dios es más que una bendición, y por otro lado es una bendición para trabajar en Su obra poderosa, somos más que bendecidos por nuestro Señor.
Cuando somos escogidos por nuestro Dios para llevar acabo una misión, debemos cumplir y hacer todo lo que nos manda nuestro Señor, porque si Él manda, Él nos respaldará. Vayamos y cumplamos con lo que Dios mandó.
Veamos qué nos dice el libro de Isaías acerca de ser escogidos por El Dios Todopoderoso:
8 Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo.
9 Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché.
10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Isaías 41:8-10
Aquí en este capítulo podemos ver lo que Dios le dice al pueblo de Israel, pueblo sacado y librado de muchos pueblos que querían destruirlo, pero Dios siempre estaba presente para librarlo. Dios le dice a Israel: «pueblo mío eres tú, yo te escogí, descendencia de mi amigo Abraham».
El Señor le estaba recordando al pueblo de los lugares de donde lo sacó, esto era Dios cumpliendo sus promesas. Todo lo que Dios hace lo hace a la perfección, el pueblo de Israel vio todo e cuanto Dios le había prometido, este pueblo en muchas cosas se olvidaba de Dios, pero Dios ante todo los perdonaba, los ayuda y fortalecía sus vidas. Demos gracias a Dios porque ser escogido por Él es más que una bendición.
El privilegio de ser escogidos
Cuando pensamos en ser escogidos por Dios, no podemos limitarlo a un simple título o a un reconocimiento superficial. Ser escogido es un privilegio que conlleva una gran responsabilidad. Así como Israel fue escogido para ser luz a las naciones, también nosotros, como creyentes, hemos sido apartados para reflejar la gloria de Cristo en nuestras vidas cotidianas. No se trata solo de recibir bendiciones, sino de convertirnos en instrumentos para que otros conozcan el poder y la misericordia de Dios.
Dios cumple Sus promesas
El pasaje de Isaías es un recordatorio de que el Señor nunca se olvida de lo que ha prometido. Él tomó a Israel “de los confines de la tierra” y lo sostuvo con Su mano. Esa misma fidelidad está disponible para cada uno de nosotros hoy. Aunque enfrentemos pruebas, luchas internas o persecuciones, Dios sigue siendo el mismo: fiel, justo y lleno de amor. Él nunca nos desecha, y esa es la mayor seguridad que podemos tener en un mundo cambiante.
El respaldo divino
Una de las frases más poderosas de este pasaje es: “No temas, porque yo estoy contigo”. Estas palabras nos enseñan que no caminamos solos. Cada misión que Dios nos encomienda viene acompañada de Su respaldo. No importa si la tarea parece imposible, el Señor es quien nos da fuerzas y quien nos levanta cuando nos sentimos débiles. En momentos de ansiedad o inseguridad, podemos recordar que Dios mismo prometió sustentarnos con la diestra de Su justicia.
Aplicación para nuestra vida diaria
Hoy en día, ser escogidos por Dios implica vivir con integridad, fe y confianza en Su Palabra. Ser escogido no significa que no tendremos dificultades, sino que en medio de ellas tenemos la certeza de que el Señor está con nosotros. Cada creyente ha sido llamado a ser sal y luz, a reflejar el amor de Cristo en su familia, en el trabajo, en la iglesia y en cada espacio de la sociedad. Si Dios nos escogió, es porque confía en que podemos ser canales de bendición.
Conclusión
Ser escogidos por Dios es un privilegio incomparable y una responsabilidad que debemos asumir con gratitud. Israel fue testigo de la fidelidad del Señor a lo largo de la historia, y hoy nosotros también lo somos en nuestras vidas. Nunca olvidemos que Dios no nos desampara, siempre cumple Sus promesas y nos acompaña con Su poder. Agradezcamos cada día el honor de haber sido escogidos por Él, y vivamos de manera que nuestra vida sea un testimonio vivo de Su amor y de Su gloria.