Al pobre librará de su pobreza, y en la aflicción despertará su oído

Nosotros como seres humanos fallamos, hasta en la fe cristiana, ya que no es fácil pero a la vez tenemos un Dios que es grande y poderoso y que es digno de ser glorificado para siempre.

Este comentario lo hacemos porque este Camino no es fácil, pero tampoco andamos en él en vano, ya que hubo uno que nos amó desde antes de la creación, que también envió a su hijo para darlo en sacrificio por nosotros.

Confiemos en Dios y depositemos todo lo que somos delante de Él, Él es fiel y poderoso, nunca nos deja solos, Él siempre está presente escuchando nuestras súplicas.

Al pobre librará de su pobreza, Y en la aflicción despertará su oído.

Job 36:15

A veces somos tan dados a juzgar a Dios, a preguntar por qué Dios no nos escucha, qué está pasando, entre otras muchas pregunta. Pero este verso nos dice algo muy diferente a lo que pensamos, El Señor siempre está presente, solo Él nos puede librar de nuestras aflicciones.

Dios atiende al llamado de los que son afligidos, de aquellos que le necesitan, recordemos que Job después de haber sido rico, pasó hacer pobre, pero siguió siendo fiel ante Dios.

Cree en el Señor con todo tu corazón, no dudes que Él tiene atentos Sus oídos a tu súplicas.

Aprendiendo de nuestras caídas

Las caídas en la vida cristiana no deben desanimarnos, sino impulsarnos a depender más de Dios. Cada error puede convertirse en una lección que nos lleva a reconocer nuestra fragilidad humana y la grandeza del Señor. Así como Job soportó el dolor y no renegó de su fe, también nosotros podemos confiar en que nuestras pruebas serán transformadas en victoria.

El ejemplo de Job para nosotros

El caso de Job es impactante porque nos enseña que el valor de nuestra fe no se mide en los tiempos de abundancia, sino en los momentos de escasez y sufrimiento. Perder bienes, familia y salud es devastador para cualquier ser humano, sin embargo, Job no maldijo a Dios. Al contrario, reconoció que el Señor tiene autoridad sobre todas las cosas. Este testimonio nos recuerda que la verdadera fidelidad permanece incluso cuando el panorama parece adverso.

Dios escucha al afligido

El pasaje de Job 36:15 es un bálsamo para nuestra alma. Nos asegura que el Señor abre su oído en medio de la aflicción. Eso significa que Dios no es indiferente al sufrimiento humano, sino que está atento a nuestras lágrimas y oraciones. Muchas veces creemos que el cielo está en silencio, pero la verdad es que el Padre está trabajando a nuestro favor incluso cuando no lo vemos.

La esperanza en medio del dolor

El dolor no tiene la última palabra para quienes confían en Cristo. Aun en la más profunda oscuridad, la luz del Señor brilla para sostenernos. La historia de Job no termina en tragedia, sino en restauración, porque Dios le devolvió aún más de lo que había perdido. Así sucede también con nosotros: cuando permanecemos firmes en la fe, el Señor recompensa nuestra perseverancia con bendiciones abundantes.

Conclusión

Aunque fallamos y atravesamos momentos de duda o debilidad, Dios sigue siendo fiel. Él escucha a los que claman en medio de la angustia, fortalece a los que confían en su poder y recompensa a quienes perseveran. Al mirar la vida de Job, entendemos que la fidelidad al Señor siempre trae fruto. Por eso, depositemos nuestra confianza en Dios y sigamos caminando, sabiendo que el que nos llamó es poderoso para sostenernos hasta el final.

Dios, el único refugio
No hay ninguno fuera de Dios

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