Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón

Hay momentos que llegan a nuestras vidas de sorpresa, por eso es que debemos estar firmes y recto delante de la presencia de Dios.

Cuando estamos preparados, firmes y orando delante del Señor, estaremos más que seguros, ya que tendremos al Señor que nos guardaraá y nos sustentará en esos momentos malos. Aunque nuestro cuerpo y nuestro espíritu desfallezcan, Dios estará con nosotros.

Tenemos la palabra de nuestro Señor delante de nosotros que son las que nos instruyen y nos hablan claro de todas las cosas que pueden venir a nuestras vidas, y por eso nos mandan a que estemos preparados y orando a Dios para que nos guíe y nos dé fortaleza en todo nuestro camino.

Por eso veamos qué nos dice el libro de los Salmos:

1 Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?

2 Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.

Salmos 121:1-2

Evidentemente estas palabras son dichas por un hombre que batalló mucho y que fue elegido desde que estaba pequeño. Fue ungido por Dios para conducir un pueblo, además este hombre pasó mucho para llegar a tomar la posición que tuvo como rey.

Claramente podemos ver las palabras poderosas y alentadoras de David, autor de este salmo. Este hombre se humillaba delante de Dios, derramaba su corazón y oraba a Dios con sinceridad. La ayuda de Dios hacia este hombre llegaba pronto, no tardaba, es bueno que también al igual que David seamos sinceros con Dios, que no sólo cuando necesitemos de su ayuda le hablemos con sinceridad, sino todo el tiempo le demos la gloria y le honremos.

Recuerda que nuestro socorro viene de Aquel que creó los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en él habita.

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Diga el débil: Fuerte soy
El autor de la salvación
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