Razones por las cuales debes seguir los pasos de Jesús

Existen diversas razones por las cuales debemos seguir los pasos de nuestro Señor y amado Jesús.

Seguir sus pasos nos mantendrá seguro bajo su poder y su guianza eterna, recordemos que sin nuestro Dios no somos nada, ya que todo se muevo porque así Dios lo ha querido.

Seguir los pasos de nuestro Dios nos dará ventaja todo el tiempo, pues con Él todas las cosas serán mejores, cuando estemos en valles de sombra, no temeremos porque Dios está con nosotros.

Nuestra confianza en el Señor debe ser firme y no desfallecer ante ninguna circunstancia. No olvidemos que si confiamos en Él, las cosas serán muy diferentes en nuestras vidas.

Cuando caminamos bajo su sabiduría y bajo su confianza, nos sentimos más que seguros, en donde quiera que pisemos, nuestros pasos estarán seguros, porque nuestra confianza en Dios es firme.

Es interesante cuando leemos el salmos 23 david hablando sobre su guía Dios, su fortaleza. Veamos y analicemos bien este salmos:

1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.

2 En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.

3 Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

4 Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

Salmos 23:1-6

Es sorprendente como empieza este capitulo 23 del libro de los salmos, cuando David dice que Dios es su pastor. Aquí David pone a Dios sobre su vida y sobre todas las cosas que están a su alrededor.

Esto es en realidad lo que debe hacer todo ser humano, ser sabio poner toda su confianza en Dios Todopoderoso, porque, al descansar en Él, estaremos caminando bajo su protección.

La Biblia nos muestra que seguir a Dios no significa ausencia de problemas, sino más bien seguridad en medio de ellos. David mismo pasó por momentos difíciles, persecuciones y guerras, pero jamás dejó de confiar en que el Señor era quien guiaba sus pasos. Esto nos enseña que la verdadera paz no depende de lo externo, sino de la presencia de Dios en nuestro interior.

Cuando nos rendimos a los pies de Cristo, descubrimos que el camino puede ser angosto, pero es seguro. Jesús mismo dijo que Él es el buen Pastor que da su vida por las ovejas, lo cual nos confirma que bajo su guía siempre estaremos protegidos, aun cuando el panorama parezca oscuro. El creyente debe recordar cada día que Dios no abandona a quienes le buscan de corazón.

Seguir los pasos del Señor también implica imitar su carácter. Cristo nos dejó ejemplo de humildad, obediencia y amor al prójimo. Si queremos vivir bajo su cuidado, debemos caminar conforme a su Palabra, alejándonos del pecado y cultivando una vida de oración. No se trata solo de recibir bendiciones, sino de vivir en santidad y agradar a Dios con cada decisión que tomamos.

El Salmo 23 refleja perfectamente la relación íntima entre Dios y sus hijos. No se trata de una simple poesía, sino de una declaración de fe. Cada versículo nos recuerda que Dios provee, cuida, restaura y fortalece a quienes confían en Él. Cuando el salmista menciona que “su copa está rebosando”, expresa la abundancia espiritual que proviene de caminar con Dios, una abundancia que no depende de bienes materiales, sino de la certeza de que Dios está presente.

Hoy más que nunca necesitamos recordar estas verdades. El mundo está lleno de incertidumbre, pero el creyente tiene una promesa firme: el bien y la misericordia nos seguirán todos los días de nuestra vida. Esa es una garantía divina que debe llenarnos de ánimo para continuar firmes en el camino de la fe.

En conclusión, seguir los pasos de nuestro Señor Jesús es la mejor decisión que podemos tomar. Él es nuestro Pastor, nuestro guía y nuestra fortaleza. Cuando ponemos nuestra confianza en Él, no importa qué valle tengamos que atravesar, siempre saldremos victoriosos porque no caminamos solos. Que nuestras vidas reflejen la fe y seguridad que solo se encuentran bajo el amparo de Dios.

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