Seamos gente de paz

La Biblia nos habla de la paz en muchos de sus versos, y nos manda a tener paz, pues, imagine usted a un cristiano que busque todo menos la paz, ¿podría decir que es cristiano? Bueno, esa es exactamente la pregunta que usted debe hacerse ahora: ¿Estoy buscando la paz en cada situación de mi diario vivir? Y de ser que no la esté buscando, a través de este artículo y los siguientes versos, les invitamos a buscar la paz en el Señor Jesús.

Cuando buscas la paz eres bienaventurado

Sin duda alguna, ser una persona que busque la paz está entre las bienaventuranzas de Jesús, ya que si realmente somos cristianos entonces buscaremos la paz, incluso en aquellos momentos donde hay un ambiente demasiado negro, un ambiente de pleito, de ira o de contienda, es el momento indicado para demostrar que somos pacificadores.

Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Mateo 5:9

Jesús nos recuerda que los pacificadores tienen un lugar especial en el corazón de Dios. No se trata solo de evitar los conflictos, sino de actuar como agentes de reconciliación en medio de la sociedad. El pacificador es aquel que busca unir en lugar de dividir, sanar en lugar de herir, edificar en lugar de destruir. Y ese papel, aunque a veces difícil, es un reflejo de la naturaleza misma de Cristo.

En nuestro diario vivir se presentan momentos donde es más fácil levantar la voz, responder con enojo o guardar resentimiento. Sin embargo, cuando elegimos responder con mansedumbre y paciencia, estamos mostrando al mundo que en verdad tenemos a Cristo en nuestros corazones. Ser pacificador no significa ser débil, sino tener la fuerza espiritual de dominar las emociones para actuar con sabiduría y amor.

Vivan en paz

Sí, aquí el apóstol está diciendo que debemos de vivir en paz, no solo tratar, sino realmente vivir en paz, en paz con todo el mundo, en paz interna, sin importar cuál sea nuestro problema, tengamos paz, porque el mismo Dios de consolación y amor está con nosotros siempre.

Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros.

2 Corintios 13:11

La exhortación de Pablo es clara: la paz debe ser un estilo de vida, no una simple intención pasajera. La paz verdadera no depende de circunstancias externas, sino de la confianza plena en Dios. Una persona que vive en paz transmite seguridad, fe y esperanza a quienes le rodean, mostrando con su ejemplo que la fe en Cristo transforma la manera en que enfrentamos la vida.

Esto nos invita a reflexionar sobre nuestro comportamiento dentro del hogar, en la iglesia, en el trabajo y en la sociedad. ¿Estamos siendo sembradores de paz o promotores de discordia? Cada palabra que pronunciamos y cada decisión que tomamos puede contribuir a un ambiente de paz o de conflicto. Por eso debemos procurar siempre que nuestras acciones estén alineadas con el ejemplo de Cristo.

De manera que amigos, seamos gente de paz, verdaderos creyentes que demuestren que poseemos a Cristo en lo más profundo de nuestro corazón, pues, recordemos, que nuestro Señor fue un hombre de paz, sí, aún en su momento más oscuro en la cruz, mostró paz, y esa misma paz es la que Él nos da.

Conclusión

Buscar y vivir en paz no es una opción secundaria para el cristiano, sino una parte esencial de la vida en Cristo. Cuando vivimos en paz, reflejamos el carácter de Dios, mostramos que somos hijos de la luz y damos testimonio de que el evangelio transforma corazones. Por tanto, que nuestras vidas se conviertan en un reflejo de esa paz que sobrepasa todo entendimiento, la cual solo puede venir de nuestro Señor Jesucristo.

Firmes en el Señor
Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan