La única forma de ser limpios de corazón es guardando la Palabra de Dios porque ella nos puede ayudar en los momentos más difíciles, guardarnos de todas las cosas malas que quieren carcomer y entrar y provocar un total desorden en nuestros corazones.
Por eso debemos mantenernos puros y siempre santos delante de Dios, orando al Señor para que nos dé fuerzas para poder vencer las tentaciones. Esto nos ayudará bastante a conocer todo lo que es enviado por el maligno para hacernos pecar contra Dios.
Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas,
procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.2 Pedro 3:14
Pedro nos insta a que pongamos empeño en que nos preocupemos a mantenernos delante de Él limpios y en paz. Es decir, que estemos puros y firmes en la Palabra y en los caminos de nuestro Señor.