El Señor está con nosotros

Es muy cierto que Dios está al lado de su creación todos los días, y esto es notable debido a que si él no estuviera pues todo saldría mal en nuestras vidas. El Señor cuida de su creación, lo guarda y les avisa cuando alguien quiere hacerle daño.

Desde el principio de los tiempos, la Biblia nos muestra cómo Dios ha estado presente en cada detalle de la vida humana. No se trata únicamente de un Dios distante que observa desde lejos, sino de un Padre amoroso que protege, guía y sustenta a su pueblo. Esta verdad nos llena de esperanza, pues aunque muchas veces enfrentemos momentos de dificultad, podemos confiar en que nunca estamos solos, ya que su presencia permanece en medio de nosotros.

Dios ama a sus hijos, pero también les corrige cuando están haciendo algo malo, porque solo al maligno le gusta practicar tales cosas que nos pueden hacer daños a la humanidad.

Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

Salmos 46:1

Nuestro Dios nos ayuda a soportar las tribulaciones, las angustias, Él siempre está atento a todo lo que pasa alrededor de sus hijos. En ocasiones pasamos por momentos de amargura o falta de aliento, por lo cual se nos va todo el ánimo para continuar, pero Dios nunca llega tarde, Él llega en el momento que más lo necesitamos.

El creyente puede tener la seguridad de que en medio de las crisis, Dios se convierte en su refugio seguro. Cuando el mundo parece desmoronarse, su Palabra nos recuerda que Él es roca firme, un lugar donde podemos hallar descanso. Muchas veces nos sentimos incapaces de seguir luchando, pero es en ese instante cuando el Señor se glorifica, mostrando su poder y levantándonos con nuevas fuerzas.

Jehová de los ejércitos está con nosotros;
Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah

Salmos 46:7

Al igual que muchos profetas y personas que servían al Señor, el Salmista David pasaba por pruebas difíciles, pero Dios estaba con ellos y no lo desamparaba, sino que venía y les ayudaba fortaleciendo sus vidas.

La vida de David nos enseña que incluso los hombres más valientes y consagrados tuvieron momentos de angustia, persecución y debilidad. Sin embargo, nunca dejaron de confiar en el Señor. Esa confianza es la que debemos imitar hoy, porque nos recuerda que no se trata de nuestras fuerzas, sino de la fidelidad de Aquel que nunca falla. Si Él estuvo con los antiguos, también estará con nosotros en la actualidad.

Venid, ved las obras de Jehová,
Que ha puesto asolamientos en la tierra.

Salmos 46:8

A veces Dios pone cosas en nuestras vidas, y esto es por la maldad que el hombre tiene en sus pensamientos y que también están dirigidos a cometer infracciones y para hacer daño a los demás, mas Dios busca la forma y nos corrige porque él no quiere lo malo para su creación, sino que todos andemos por el buen camino.

Es importante entender que los juicios de Dios no son por capricho, sino que tienen el propósito de corregir y redirigir al ser humano hacia la vida eterna. Cuando vemos situaciones difíciles en la sociedad, no debemos interpretarlas como abandono de parte de Dios, sino como una llamada de atención para volver a su voluntad. Él disciplina al que ama y guía a su pueblo para que no se pierda en el camino de la maldad.

Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra.
Que quiebra el arco, corta la lanza,
Y quema los carros en el fuego.

Salmos 46:9

Nuestra defensa está en Dios, nadie más nos defenderá como Él, el Dios todopoderoso, majestuoso, digno de gloria y honor, el que desde los cielos mira la tierra. El Señor observa toda su creación, nos ayuda, contempla toda la tierra. Su gloria rodea toda la tierra y es visible ante toda la tierra. Confiemos en Dios y Él nos ayudará.

El salmo 46 en su totalidad es un recordatorio de que, sin importar la magnitud de las tormentas, la paz de Dios es más grande. Él es quien tiene el poder de detener conflictos, traer calma a las naciones y restaurar corazones quebrantados. Por eso, la invitación final es clara: descansar en su presencia, porque quien confía en el Señor siempre tendrá seguridad.

Conclusión: Vivir bajo la protección de Dios es la mayor bendición que podemos tener. En un mundo lleno de incertidumbre, angustias y luchas, recordar que Dios es nuestro amparo y fortaleza nos llena de confianza. Él no abandona a los que le buscan, corrige a los que ama y levanta a los que caen. Que cada día nuestra fe sea fortalecida en la certeza de que Jehová de los ejércitos está con nosotros, y que en Él hallaremos siempre refugio.

Exhortación a la oración
Firmes por la fe