Nosotros como cristianos necesitamos algo que nos ilumine en nuestro largo caminar y esa iluminación que tanto necesitamos se llama la Palabra de Dios. Es muy similar al pueblo de Israel cuando iba en el desierto, ellos eran guiados por el mismo Dios a través de una columna de nubes y otra de fuego. A diferencia de ellos, nosotros tenemos la poderosa Palabra de Dios, la cual es útil para cualquier obra que vayamos a emprender.
En el salmo 119: 105 dice:
Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.
Esta es una buena declaración. El salmista está diciendo aquí que todo lo que hace es bajo la Palabra de Dios, cada paso que da, cada movimiento y nosotros tenemos que hacer lo mismo, puesto que nosotros los hombres tendemos a fallar y lo único que nos hace estar en lo correcto es la Palabra de Dios, ella siempre nos encaminará por el mejor lugar o más bien, por el lugar correcto.
En una ocasión Pedro hizo una declaración muy parecida frente a Jesús, cuando él pronunció:
Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
Juan 6:68
Existen muchas palabras dichas por grandes filósofos griegos, por grandes emperadores, pero ninguna de estas palabras han sido luz a nuestros caminos y ninguna de ellas poseen vida eterna, sin embargo, la Palabra de Dios está llena de eternidad y nos ayuda en cualquier momento de nuestras vidas.
Andemos como hijos de luz, refugiados bajo su Palabra y de esta manera no andaremos en medio de la oscuridad sin ver lo que está delante o que viene detrás, sino que Su Palabra nos guiará a toda justicia y verdad porque su Palabra es Verdad.
No nos creamos ese cuento de que la Palabra de Dios es aburrida, puesto que no es así. Les invitamos a leerla, a estudiarla y les aseguramos que todo será mejor.