«Soy cristiano pero no tonto»

Siempre es bueno reconocer quienes somos, cuáles son nuestras limitantes y cuál es nuestra dirección. Lo primero que debemos saber es que somos cristianos y que un cristiano es un «seguidor de Cristo», y esto significa mucho, puesto que debemos andar como Él anduvo, y esto implica mucho más de lo que muchas veces imaginamos. Ser cristiano no es solo portar un título o asistir a una iglesia, sino reflejar en nuestra vida el carácter de Cristo en cada área de nuestro caminar. Hoy en día, renace nuestro viejo hombre en algunas situaciones de nuestro diario vivir, y la gran carta de justificación que usamos es la famosa frase «soy cristiano pero no tonto». Sé que usted en algún momento ha escuchado esto o lo ha dicho en alguna situación particular. Pero, ¿es esta realmente la actitud que debería tener un hijo de Dios?

Nuestro gran ejemplo a seguir es nuestro amado Señor Jesucristo, quien murió en un madero por nuestra causa, soportó todo el vituperio y bebió el cáliz de la ira de Dios. Sin embargo, se mantuvo callado en muchísimas situaciones, y en aquellas que respondía, supo mantener una prudencia incuestionable. El profeta Isaías dijo de Jesús: «Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca» (Isaías 53:7). Cristo pudo defenderse, pudo levantar su voz y responder con dureza, pero eligió el silencio y la mansedumbre, enseñándonos que la verdadera fuerza está en dominarse a uno mismo.

«Si eres cristiano debes cuidar tus acciones a la hora de tomar cualquier decisión. Tus decisiones en el día a día pueden dañar el testimonio del evangelio».

Las decisiones y acciones que tomamos diariamente no solo nos afectan a nosotros como personas, sino también al sagrado evangelio de Cristo. Esto es algo que debemos tomar muy en serio. Hay evangélicos que toman actitudes en sitios públicos que no son para nada una imitación de Cristo. Es cierto que nosotros como creyentes somos personas con opiniones, emociones y derechos, pero esto no nos justifica actuar con imprudencia o como personas que no conocen al Señor. Imagínese envuelto en una discusión: ¿cuál decisión tomará en ese momento? ¿pensará en lo que la Biblia nos enseña o actuará por mero impulso y carnalidad? Nuestro proverbista nos da un buen consejo para estos casos:

La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor.

Proverbios 15:1

Sin embargo, hay hermanos que obvian versos como estos, y en un caso de tensión dicen: «cristiano pero no tonto», «yo también soy hombre y tengo puños». Frases como estas muestran que, en ese instante, no es Cristo quien gobierna nuestras acciones, sino nuestro orgullo. El apóstol Pablo también dijo: «Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, estén en paz con todos los hombres» (Romanos 12:18). Todo esto nos dirige a que, si podemos evitar una situación incómoda o una discusión innecesaria, debemos hacerlo. No podemos andar en el mundo como si nuestra ciudadanía fuera de este mundo. La Escritura nos recuerda que somos extranjeros y peregrinos; debemos caminar como caminó Cristo, pensar en cada momento cómo ser como Cristo, cómo vivir para Él, cómo andar por Él y para Él.

En realidad, cuando decimos «soy cristiano pero no tonto», deberíamos reflexionar en el verdadero significado. Sí, es cierto que somos cristianos y no estamos llamados a dejarnos arrastrar por todo viento de doctrina ni a permitir abusos injustos. Pero también es cierto que el cristiano no actúa como un insensato. El tonto se expone innecesariamente a cualquier riesgo, pero el cristiano no, porque es prudente y está capacitado por la gracia de Dios para discernir y actuar con sabiduría. El verdadero creyente no responde con violencia, sino con mansedumbre; no busca la venganza, sino la paz; no se exalta a sí mismo, sino que exalta a Cristo en cada respuesta y en cada acción. Recordemos que la Biblia dice: «El principio de la sabiduría es el temor de Jehová». Si tememos a Dios y vivimos para su gloria, nuestras palabras y actitudes reflejarán que somos verdaderos discípulos de Cristo, no solo de nombre, sino de hecho y verdad.

Lo que no significa la "unción" y lo que es la unción
La importancia de pasar tiempo a solas con Dios