El el momento de dirigirnos a Dios para pedirle algo, debemos hacerlo con mucho cuidado porque podemos pecar contra Dios. Esto lo digo porque muchos cuando están desesperados por un problema o situación familiar cuestionan a Dios de por qué Dios no les ha respondido.
La actitud que debemos tener cuando vayamos a pedirle a Dios es con humildad y con paciencia, para no perder el control y pecar contra Dios. Es por eso que debemos tener dominio propio.
Cuando pides a Dios, Él llegará en el momento preciso, pues Dios no pondrá carga que no puedas llevar, pero Él permite todo esto para hacerte más fuerte y resistente a las pruebas que llegan a tu vida.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Mateo 7:8