El gran costo de seguir a Jesús

Todo en la vida tiene un costo y trae consecuencias. Si usted compra un auto, se generan costos adicionales como la compra de combustible, lavado, mantenimiento, etc. Si usted tiene un hijo, también se generan gastos fijos adicionales, tales como pañales, ropa, alimentación, etc. En fin, el punto es que en la vida todo tiene un costo y seguir a Jesús no es la excepción.

Muchos creen que servir a Jesús es como irse de vacaciones a un hotel cinco estrellas, o que Jesús es un Aladino o Papá Noé que cumple todos los deseos. Jesús es más que todo eso y por lo tanto, el seguirle a Él es un costo más alto que todo lo demás.

En toda la historia de la iglesia el servir a Jesús siempre ha representado un alto costo, y esto lo hemos visto desde la muerte de Esteban en Hechos 7 hasta el día de hoy, pues, en países como Nigeria, Egipto, China, Afganistán, entre otros, aún es difícil predicar el evangelio. Y claro, si leemos el libro de los Mártires escrito por John Fox, nos daremos cuenta cuánto les costó a los reformadores el predicar el evangelio de Jesucristo.

Y en la Biblia existen muchas historias de las cuales podemos aprender, de personas que no prefirieron seguir a Jesús por el alto costo de su llamado, un buen ejemplo que tenemos es el del joven rico (Mateo 10: 17-30) el cual prefirió las riquezas antes que seguir a Cristo. Es bueno que nosotros como creyentes sepamos esto, que la vida cristiana no es una vida fácil.

El llamado de Jesús es el siguiente:

 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.

Lucas 14: 27

¿Te das cuenta? No es un llamado fácil, la cruz es dolor, vituperio, el ser traicionados, abandonados, azotados, abatidos, ¡Eso es la cruz! Y Jesús está diciendo que todo aquel que quiere venir hacia Él necesita tomar esa cruz y que si no la tomamos no podemos llamarnos discípulos suyos.

Hay quienes se hacen llamar cristianos o discípulos, pero no están cargando el vituperio de la cruz, y esto sí que es un problema, puesto que es aquello lo que nos identifica como verdaderos cristianos.

Amado hermano, el servir a Jesús representa un gran costo, y esto involucra hasta el rechazo de la sociedad por nuestra manera de ver al mundo. Tomemos nuestra cruz, sigamos a Jesús de todo corazón, pues llegará un día cuando ese alto costo se convertirá en un alto gozo.

...
Derribado pero no destruido
El poder de la paciencia y la blanda respuesta