El Señor siempre tiene la mirada puesta en cada uno de Sus hijos, o sea, estamos hablando de aquellos que le temen, aquellos que buscan cada día estar bien delante de Dios, Su misericordia día tras día posa sobre ellos. Bienaventurado es todo aquel que teme a Dios.
Ser temeroso de Dios es muy importante, porque con esto estamos diciendo que tenemos un sumo respeto hacia nuestro Dios poderoso, ya que podemos actuar cuando escuchamos su dulce voz en cada uno de nuestros oídos.
Salmos 33 en sus versos del 18 al 20, encontramos al autor de este libro hablando sobre el temor hacia nuestro Dios:
18 He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre los que esperan en su misericordia,
19 Para librar sus almas de la muerte, Y para darles vida en tiempo de hambre.
20 Nuestra alma espera a Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él.
Salmos 33:18-20
Ante todo ser pacientes, respetuosos delante de Dios, porque cuando esperamos y no nos desesperamos, podremos salir de la circunstancia la cual nos encontramos, Su misericordia nos alcanzará y con Su poder seremos abrazados.
El verso 19 continúa diciendo que, El Señor nos librará de la muerte, y nos fortalecerá en tiempos de debilidad, en tiempo de hambre nos saciará.
Esta es Su misericordia y su bondad hacia nosotros, por eso es bueno esperar y reconocer que nuestro Dios es poderoso, recordemos Su nombre día tras día, alabemos Su nombre, pues Sus ojos están sobre todos los a Él temen.
Espera en el Señor, Él es nuestro refugio, escudo y fortaleza, no olvides que sus ojos y misericordia están sobre ti.