El Señor es mi roca eterna y en Él puedo día a día confiar, Él es mi castillo fuerte, porque sé que si edifico en Él, mi construcción no se derrumbará porque todo mi fundamento está sustentado únicamente por mi Dios poderoso.
Poderoso es nuestro Dios, castillo fuerte y escudo es Él delante de cada situación que se nos presenta, Dios está con nosotros todo el tiempo. Recordemos que una casa debe construirse sobre tierra firme, para que cuando vengan los fuertes vientos y tempestades, no sea derribada.
1 En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; Líbrame en tu justicia.
2 Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme.
3 Porque tú eres mi roca y mi castillo; Por tu nombre me guiarás y me encaminarás.
Salmos 31:1-3
Esta es una declaración de confianza de David hacia Dios, este hombre ponía toda su confianza en El Señor, de tal manera que decía con sus palabras firmes «en ti he confiando, no sea yo confundido jamás», o sea, claramente este hombre no quería que nada desviara su confianza a Dios.
Y por eso continúa diciendo en los demás versos «tú eres mi roca fuerte y mi castillo». David sabía que no podía confiar en nadie más, sino solo en Dios. Así que, confiemos plenamente en nuestro Dios porque de Él viene nuestra protección. Nuestro castillo fuerte es Dios.