Así debemos actuar en medio de esta generación maligna y perversa

Como hijos de Dios que somos, debemos tener cuidado como caminamos ante esta generación la cual anda bajo su propia manera de vivir, haciendo como a ellos les parece, es una generación perversa de la cual Dios no se agrada.

En la actualidad, vivimos tiempos en los que muchas personas prefieren seguir sus propios deseos y no tomar en cuenta las enseñanzas del Señor. La sociedad moderna ha perdido el temor de Dios y se ha acostumbrado a llamar “bien” a lo que es malo. Por eso, como creyentes, debemos estar atentos y mantenernos firmes en nuestra fe, para no caer en los mismos errores ni participar de las obras de la oscuridad. Ser diferentes no es fácil, pero es un llamado que el Señor nos hace a cada uno de nosotros.

Todo aquel que está en estos Caminos y conoce las buenas obras del Señor, anda sin murmuraciones y sin buscar problemas, porque los hijos de Dios tratan de ser irreprensibles y caminar bajo la obediencia en el Señor.

14 Haced todo sin murmuraciones y contiendas,

15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;

16 asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.

Filipenses 2:14-16

Este pasaje nos recuerda que debemos evitar toda clase de murmuración y contienda. Las murmuraciones son pequeñas semillas de discordia que pueden dividir la iglesia y debilitar la fe de los hermanos. Cuando criticamos o hablamos mal de otros, sin darnos cuenta estamos alejándonos del propósito de Dios, que es mantener la unidad del cuerpo de Cristo. Por eso, Pablo aconseja que todo lo que hagamos, sea hecho con amor y con un espíritu de paz.

El apóstol enseñaba sobre esta problemática que podían tener muchos, de aquellos murmuradores tanto de los hermanos como de Dios mismo. Estas actitudes reflejan un corazón inconforme, que no confía plenamente en la voluntad divina. Pero el Señor nos llama a vivir confiados, sabiendo que todo lo que sucede tiene un propósito, incluso aquello que no entendemos. Al aceptar los procesos de Dios sin murmurar, demostramos madurez espiritual y una fe genuina.

Todos sabemos que cuando nos burlamos de un hermano en la fe, pues estas murmuraciones también son para nuestro Dios, y es por eso que Pablo exhorta sobre aquella generación y nos manda a que nos acerquemos a Dios y no murmuremos para que en aquel día de nuestro Señor podamos también ser levantados con gran gloria. Dios te bendiga.

Vivamos, pues, con gratitud, sin quejas y sin contiendas, siendo luz en medio de la oscuridad. El mundo necesita ver creyentes que reflejen la esperanza y el amor de Cristo. No debemos adaptarnos a las costumbres de esta generación, sino mantenernos firmes en la verdad del Evangelio, obedeciendo con gozo al Padre celestial. Si permanecemos fieles, brillaremos como luminares en este mundo, y el Señor se glorificará en nuestras vidas. Amén.

La clave para ser librado
Escucha mi oración, oh Dios de Jacob

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