El salmista David colocó el arca de Dios en un lugar seguro, allí ofrecieron sacrificio de paz, aclamando así el nombre del Dios todopoderoso.
Fue un gran regocijo el poder tener el arca de Dios en un lugar seguro, ofrecer alabanzas y cánticos a Él, bendecir el nombre de Dios todos reunidos delante del arca de Dios.
Entonces, bendijo David a todo el pueblo de Dios, mujeres, hombres y les repartió una torta de pan, una pieza de carne, y una torta de pasas. De las palabras que David, que pronunció en ese momento y que fueron inspiración para escribir algunos versos de los salmos 105, 106 y 96, queremos destacar las siguientes:
Aclamad a Jehová, porque él es bueno; porque su misericordia es eterna.
1 Crónicas 16:34
Dios es bueno, su misericordia es para siempre, por eso debemos aclamarlo, como exhorta el versículo que vimos anteriormente.
Es bueno que podamos recordar todo lo que nuestro Dios hace por toda la humanidad, es por eso que día a día debemos alabar su nombre, clamando y exaltándolo por Sus obras poderosas.