El mensaje de Cristo no vende

¿Por qué el título de este artículo? Porque es una realidad. Pongámoslo en perspectiva. En muchas iglesias los miembros de las mismas no quieren escuchar el mensaje fundamental de que Cristo viene y debemos estar preparados para cuando Él llegue. De hecho, cuando se toca este tema muchos aprovechan para echarse una siesta en el mismo templo.

La iglesia de Cristo se ha desenfocado en estos últimos tiempos y más que un mensaje de salvación para el alma, la gente quiere escuchar mensajes motivacionales de prosperidad, éxito, alcanzar tus sueños, otros prefieren escuchar sobre milagros aquí en la tierra, poder, unción, y todo eso es bueno, el problema es cuando echamos a Cristo a un lado y estas cosas pasan a ser lo principal en nuestra vida cristiana.

Si crees que no es un problema grave piensa en los pastores que tienen que recurrir a ciertos métodos para «atraer a las almas»: Desde hacer versiones «cristianas» de canciones seculares populares hasta vestirse de Chapulín Colorado para predicar en el templo:

Cuando observamos el ministerio de Jesús en la tierra, podemos notar que su mensaje principal no fue la prosperidad ni la motivación personal, sino el arrepentimiento y el llamado a una vida nueva. Jesús mismo dijo: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Marcos 1:15). Este es el núcleo del cristianismo y el verdadero motivo por el cual la iglesia existe.

Hoy en día, corremos el peligro de transformar los púlpitos en plataformas de entretenimiento. Se busca que la gente se sienta cómoda, que no se ofenda, que aplauda y regrese el domingo siguiente, pero en ese proceso olvidamos la razón de ser: preparar a los hombres y mujeres para la eternidad. El Evangelio no es un espectáculo, sino un mensaje de poder que transforma corazones.

La Biblia nos advierte que vendrían tiempos donde las personas no soportarían la sana doctrina, sino que buscarían maestros conforme a sus propios deseos. El apóstol Pablo escribió: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias” (2 Timoteo 4:3). Estamos viviendo exactamente esos días, donde muchos prefieren escuchar lo que agrada al oído antes que lo que salva el alma.

Es necesario que como hijos de Dios volvamos al mensaje genuino de la cruz. Recordemos que el apóstol Pablo dijo: “Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado” (1 Corintios 2:2). La iglesia no necesita modas, necesita volver a Cristo, a la oración, a la santidad y a la predicación clara del arrepentimiento y la fe en el Salvador.

Predicar que Cristo viene no es un mensaje anticuado, sino la esperanza viva de todo creyente. Cada día que pasa es un día menos para el regreso glorioso del Señor. Por eso debemos estar listos, perseverando en la fe, apartados del pecado y confiados en que nuestra redención está cerca.

Querido lector, no te dejes engañar por mensajes vacíos que solo buscan emocionar. Aférrate al mensaje eterno del Evangelio. Cristo murió, resucitó y volverá por aquellos que le esperan. Ese es el verdadero mensaje que transforma vidas y nos prepara para la eternidad.

Conclusión: La iglesia no puede seguir entreteniendo a las multitudes mientras las almas se pierden. Debemos volver al centro de todo: Jesucristo. No hay otro mensaje que pueda dar vida eterna ni esperanza verdadera. El llamado es claro: predica a Cristo, vive en Cristo y espera con gozo Su regreso.