Yo estoy contigo para salvarte

En este mundo lleno de incertidumbres y dificultades, una de las promesas más hermosas que encontramos en la Biblia es la que nos recuerda que no estamos solos. La Palabra de Dios nos garantiza que Su presencia estará con nosotros en medio de la tormenta, y que aunque los problemas nos rodeen, Él siempre tendrá cuidado de los que confían en Él. Esta promesa es un bálsamo para el corazón afligido y un recordatorio de que, aunque se levanten pruebas, Dios sigue siendo fiel.

«Yo estoy contigo para salvarte» son las palabras de Dios para aquellos que andan bajo los mandatos de Dios y es por eso que la misericordia del Señor estará presente en la vida de aquellos que le sirven.

Cuando Dios te dice esas palabras, créelas, porque el Señor no deja a sus hijos solos ni en vergüenza, Él cumple Su palabra.

Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehová, y destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.

Jeremías 30:11

Estas fueron palabras de Dios para el pueblo que se encontraba cautivo en otras naciones, recordándoles que Él está con ellos, y que de Él vendría la salvación del pueblo.

Es por eso que a ti queremos decirte que Dios está contigo, de la misma manera que Dios prometió librar al pueblo de sus opresores y volver a su tierra natal, de esa misma forma te decimos que Dios está contigo para ayudarte a salir cualquier situación adversa y llevarte a un lugar mejor.

Cree en el Señor de todo corazón, actúa y camina recordando siempre que Dios es el Dios de justicia y que Sus manos poderosas te ayudarán en cualquier situación por la que estés atravesando.

Esta promesa de Jeremías 30:11 no fue únicamente para Israel, sino que hoy también tiene aplicación espiritual para todos los que confiamos en Cristo. Dios no nos promete un camino libre de dificultades, pero sí nos asegura que en medio de las pruebas Su compañía será real y constante. Tal como dice en Isaías 41:10: «No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.»

La salvación que Dios promete no solo se refiere a liberación física, sino también a la salvación eterna que recibimos a través de Jesucristo. Esa es la mayor esperanza que podemos tener: saber que en Cristo tenemos vida eterna y que nuestra victoria está asegurada. El apóstol Pablo lo reafirma en Romanos 8:31: «Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?».

En la vida diaria, podemos recordar estas palabras en momentos de dificultad: cuando nos enfrentamos a una enfermedad, cuando pasamos por problemas económicos, cuando nos sentimos solos o cuando experimentamos la traición de alguien. En todos estos escenarios, la voz de Dios nos repite: «Yo estoy contigo para salvarte».

No olvidemos que el Señor también habla de justicia. En el pasaje de Jeremías, Él recuerda a Su pueblo que, aunque los librará, también los corregirá con justicia. Esto nos enseña que el amor de Dios no es un amor permisivo que tolera el pecado, sino un amor que disciplina y corrige para nuestro bien. La corrección divina es una muestra de que somos verdaderamente Sus hijos y que Él desea llevarnos a la santidad.

Querido lector, toma esta promesa como un tesoro en tu corazón. Así como el pueblo de Israel confió en las palabras de Dios mientras estaban en cautiverio, también tú puedes confiar en que, aunque el mundo parezca derrumbarse, el Señor nunca abandona a los que se refugian en Él. Camina con fe, ora con confianza y espera en Sus promesas.

Conclusión: La promesa de Dios es clara: Su presencia será nuestro mayor escudo y nuestra ayuda en la angustia. No importa qué naciones, problemas o dificultades se levanten en contra tuya, si permaneces en la voluntad del Señor, Él cumplirá Su palabra y te salvará. Por lo tanto, sigue creyendo, no te rindas, y recuerda que tienes un Dios todopoderoso que ha prometido estar contigo hasta el fin de los tiempos.

“La promesa de la vida eterna: esperanza para los que creen en Cristo”
Mira bien tus pasos