Es de gran bendición leer la historia de la resurrección de Lázaro, pues en esa historia Jesús nos invita a que creer más confiadamente en Él.
Recordemos algo, si estamos en Dios, no morimos eternamente, cuando creemos en Él, pasamos de muerte a vida, pero vida en abundancia. Este pasaje es un claro recordatorio de que la fe en Cristo trasciende cualquier circunstancia humana, incluso la muerte misma. No se trata solo de una historia antigua, sino de una enseñanza vigente que nos llena de esperanza.
¿Por qué no creer esto? Él es quien da vida, nos restaura y hace que el enemigo de las almas sea derribado junto con sus demonios. Cristo no solo prometió palabras bonitas, sino que demostró con hechos que tiene poder sobre la muerte. ¿Crees que vivirás por la eternidad? Esa es la pregunta central de este relato y la que cada uno debe responder con sinceridad en su corazón.
Cuando Marta, hermana de Lázaro, vio al Maestro, le dijo: «Si hubieses estado aquí mi hermano no habría muerto». A lo que Jesús respondió con autoridad: «Tu hermano resucitará». Marta pensaba que Jesús hablaba de la resurrección de los muertos en los días postreros, y Jesús le dijo una de las frases más poderosas del evangelio: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá». Luego añadió:
Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
Juan 11:26
La fe de Marta era grande, por eso ella le responde con firmeza: «Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo». Luego de ese diálogo cargado de fe ocurrió el milagro de la resurrección de Lázaro, un hecho que impactó profundamente a todos los que presenciaron aquel momento. Fue un milagro que no solo devolvió la vida a un hombre, sino que fortaleció la fe de una multitud.
Hay una palabra poderosa en la primera parte del versículo que acabamos de ver en este artículo, y es que el que cree en Cristo no morirá eternamente. Cuando la muerte llega a un creyente, esta muerte no será eterna, sino que llegará un gran día en que será levantado e irá a morar con Cristo por toda la eternidad. Este mensaje es esencial para cada creyente, porque nos recuerda que nuestra esperanza no está limitada a esta vida terrenal, sino que se extiende hacia la vida eterna en la presencia de Dios.
La resurrección de Lázaro también nos enseña que Jesús llega en el momento justo, aunque a veces pensemos que es tarde. Marta y María habían perdido la esperanza porque su hermano ya había muerto, pero Jesús les mostró que nada está perdido cuando Él interviene. Así sucede también con nosotros: aunque parezca que todo está acabado, el Señor puede obrar y levantar lo que creíamos imposible.
De manera que, si no has creído en el Señor Jesús, te invitamos a hacerlo en este día. No dejes pasar la oportunidad de experimentar la vida nueva que Él ofrece, una vida abundante aquí en la tierra y la promesa de la vida eterna en el cielo. Abrir el corazón a Cristo es pasar de muerte a vida, de desesperanza a esperanza, de tristeza a gozo eterno.
La historia de Lázaro no es solo un relato antiguo, sino un llamado actual a confiar plenamente en el Señor. Así como Lázaro salió del sepulcro al escuchar la voz de Jesús, también nosotros podemos salir de la muerte espiritual y caminar en una vida renovada. Cree hoy en Aquel que venció la muerte, porque solo en Jesús hay salvación y vida eterna.