Hermanos en la fe en nuestro Señor Jesús, los tiempos están siendo cada vez más peligrosos, pero recordemos que el mismo Jesús nos hizo estas advertencias, en que vendrán tiempos peligrosos y en los postreros días pasarían cosas terribles en la vida de todos aquellos que siguen el llamado del Señor.
Debemos ser muy cuidadosos, estar sujetos a nuestro Señor, siendo diligentes en todo como dice la Biblia, prepararnos para que ese gran día no nos tome por sorpresa, por eso es que cuando vemos el título de este artículo, claramente nos está advirtiendo que debemos estar preparados para esos tiempos difíciles.
También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.
2 Timoteo 3:1
En resumen, estas personas que Pablo describe que se manifestarían en los postreros tiempos, son pecadores acérrimos que no les importa nada, y aquellos «que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución». ¿No es esto algo difícil, amados hermanos? ¿Se imagina usted un mundo en el que los pecadores pueden hacer todo lo que quieran y los justos son perseguidos? Esa es la realidad que estamos viendo poco a poco: el pecado es celebrado, y la santidad es motivo de burla.
Pero ante todo esto el consejo que Pablo le da a Timoteo, y que nosotros también podemos tomar, es permanecer en las buenas enseñanzas que aprendimos, a fin de alcanzar el gran galardón que Dios nos tiene preparados. No debemos ceder a las presiones del mundo, sino mantenernos fieles a la Palabra, porque aunque el mundo cambie, la Palabra de Dios permanece para siempre. El mismo Señor dijo: «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán» (Mateo 24:35).
Amados hermanos, la Biblia es clara en cuanto a los tiempos finales. Los últimos tiempos no serán humanamente agradables para los que estamos en el camino del Señor, pero la buena noticia es que cuando estas señales se manifiesten, sabremos que la venida del Señor está cerca y que pronto nos reuniremos con Él por toda la eternidad.
Palabras finales
Estos tiempos peligrosos no deben causarnos temor, sino despertar nuestra fe. Si Dios permitió que viviéramos en esta generación, es porque nos ha equipado con Su Espíritu para resistir, para brillar en medio de la oscuridad. No pongamos nuestros ojos en las malas noticias ni en los rumores de guerra, sino en el Cristo glorificado que prometió volver por Su iglesia. Él no se ha olvidado de nosotros; cada profecía se cumplirá en su debido tiempo.
Fortalezcamos nuestra relación con Dios a través de la oración y el estudio de Su Palabra. Es tiempo de vivir en santidad, de perdonar, de amar, y de predicar el evangelio con más fervor que nunca. La oscuridad se multiplica, pero la luz de Cristo siempre resplandece más fuerte en medio de la tiniebla. Así que, aunque el mundo se enfríe, mantén encendida la llama de tu fe.
Jesús viene pronto. No sabemos el día ni la hora, pero sí sabemos que las señales se están cumpliendo. Permanezcamos firmes, sin desviarnos ni a derecha ni a izquierda. Que cuando Él aparezca, nos encuentre velando, trabajando y esperando con gozo. Recordemos las palabras del apóstol Pablo: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Timoteo 4:7). Que así también podamos decir nosotros cuando el Señor nos llame a Su presencia. Amén.