Alabado seas Señor para siempre, Tu amor y Tu gracia son perfectos, Tus misericordias interminables, no me canso de alabar Tu nombre. Oro hacia Ti para que nos ayudes cada día, que en cada situación económica Tú nos puedas sostener y que nuestras vidas espirituales se mantengan en pie cada día.
Señor, Te agradezco porque no Te olvidas de nosotros, no nos dejas pasar hambre, porque Tú siempre tienes abrigo y alimentos para el necesitado.
De Ti Señor vienen nuestras provisiones, no nos desprecias cuando acudimos a Ti, pues inmediatamente abres las puertas y derramas Tus bendiciones sobre nosotros. Por eso es que hoy pedimos a Ti para que nos suplas, oramos a Ti sin desesperar porque eres Tú quien sabe cuándo debe llegar esa provisión económica a nuestras vidas.
Señor, todo lo que das a Tus hijos es bueno, es perfecto, y cuando nos entregas algo, la alegría llega a nuestros hogares, como dice en Tu Santa y Verdadera Palabra:
La bendición de Jehová es la que enriquece,
Y no añade tristeza con ella.Proverbios 10:22
Por eso Señor oro a Ti con el corazón, yo recibiré mi milagro, recibiré una poderosa bendición enviada por Ti mi Dios. No dejaré de confiar en Ti, Tú eres mi ayudador, eres mi buen pastor. Tu paz fluye como un río por todo mi interior, trayendo un poderoso milagro, trayendo bendiciones interminables. Gracias Señor porque nuestras oraciones llegan hasta el trono de Tu gracia.
Quizás también te interese: Oración pidiendo dirección a Dios
Palabras finales
Al concluir esta oración, recordemos que la verdadera provisión no proviene de nuestras fuerzas ni de nuestros recursos, sino del Dios todopoderoso que abre puertas donde parece no haber salida. La Biblia nos enseña que Su bendición enriquece sin añadir tristeza, y esa promesa es la que debe sostenernos en cada circunstancia de la vida.
Es natural que pasemos por momentos de incertidumbre o de necesidad, pero allí es donde nuestra fe se fortalece. Dios escucha las oraciones sinceras de Sus hijos y responde en el tiempo perfecto. No debemos desesperar, sino mantenernos firmes, creyendo que lo que hoy parece imposible, mañana puede convertirse en un testimonio de Su poder y fidelidad.
Además, debemos tener presente que las bendiciones de Dios no se limitan solo a lo material. Él también nos da paz, gozo, esperanza y fortaleza espiritual para seguir adelante. Cuando aprendemos a confiar plenamente en Su dirección, descubrimos que cada área de nuestra vida es transformada por Su gracia.
Querido lector, la invitación es a confiar plenamente en el Señor, a no soltar Su mano y a depositar cada carga en Su presencia. Él es nuestro proveedor, nuestro refugio y nuestro buen Pastor. Caminemos cada día bajo Su voluntad, porque en Sus manos seguras está la provisión perfecta y el sustento que nunca falta.