Dios cumple Su propósito en nosotros en Su momento, Él no llega tarde y es porque Él conoce todas las cosas. Dios sabe por las pruebas que vamos a pasar, por eso la misma Biblia dice que Él no pone carga que no podamos llevar.
Las pruebas son para que aprendamos y seamos más fuertes en el Señor y así podamos entender el propósito de Dios en nuestras vidas. En este caso presentaremos a Daniel el cual fue echado en el foso de los leones.
En el capítulo 6 del libro de Daniel podemos encontrar que en el reinado de Darío se encontraban hombres que eran supuestamente sabios, pero la Biblia dice que había que superaba en sabiduría a aquellos sabios del reino. Este era Daniel.
Los demás hombres tenían envidia a Daniel y procuraban la forma de dar mal testimonio de Daniel injustamente. Pero Daniel era fiel ante el rey y ante Dios.
Estos hombres que querían destruir a Daniel lograron que por 30 días se aprobara una ley de que si alguien oraba a Dios fuera echado al foso de lo leones, y Daniel, como de costumbre, no dejó de postrarse y abrir sus ventanas para orar a Dios. Y estos hombres que procuraban el mal para Daniel lo vieron y fueron donde el rey para decirle que Daniel violó su edicto.
Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre.
Daniel 6:16
Aquí podemos ver que ya el rey había mandado a Daniel hacer echado en el foso de los leones. Pero veamos qué pasó después de ser echado en ese foso lleno de leones:
Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo.
Daniel 6:22
Es sorprenderte lo que dice en este verso 22, que un ángel descendió y libró a Daniel de los leones y Daniel le dice al rey que Dios lo halló inocente, y que aún delante del rey era inocente porque nunca le hizo nada malo.
Este es el propósito de Dios, por eso debemos confiar en Él que aunque estemos en el último momento de nuestras vidas. Demos gracias a Dios en todo, Daniel todo el tiempo estuvo confiado en el Señor y fue un hombre de mucha oración, oraba tres veces al día y nunca dejó de orar, por eso fue librado.
La enseñanza principal de esta historia es que los propósitos de Dios nunca fallan. Aunque las circunstancias parezcan adversas, el Señor siempre tiene el control. Muchas veces nos preguntamos por qué atravesamos pruebas tan difíciles, pero es en medio de esas pruebas donde Dios glorifica Su nombre y fortalece nuestra fe. Daniel fue probado en un momento extremo, sin embargo, su confianza en Dios lo sostuvo.
Cuando analizamos esta historia, entendemos que la fidelidad de Daniel no fue algo improvisado, sino el resultado de una vida de disciplina espiritual. Él tenía una vida de oración constante, y esa comunión con Dios lo preparó para el día de la prueba. De la misma manera, nosotros debemos cultivar una relación diaria con el Señor, para que cuando lleguen los momentos de dificultad podamos permanecer firmes.
Muchos hoy día enfrentan «fosos de leones» en diferentes áreas de la vida: problemas familiares, dificultades económicas, enfermedades o persecución. Estos leones representan las pruebas que amenazan con destruirnos, pero la Palabra de Dios nos recuerda que no estamos solos. Así como Dios envió Su ángel para proteger a Daniel, Él también envía Su ayuda a quienes permanecen fieles.
Además, la historia nos enseña sobre la justicia de Dios. Aunque Daniel fue acusado injustamente, el Señor defendió su causa. Esto nos invita a confiar en que aun cuando las personas hablen en nuestra contra o intenten hacernos daño, Dios es nuestro juez y nuestro defensor. Él conoce la verdad de nuestro corazón y nos sostendrá en todo momento.
El rey Darío, testigo de lo sucedido, reconoció el poder de Dios. Esto demuestra que cuando permanecemos firmes en la fe, nuestra vida se convierte en un testimonio para los demás. Muchas veces, las pruebas que enfrentamos no solo son para nuestro crecimiento personal, sino también para que otros vean la gloria de Dios manifestada en nosotros.
Por último, debemos recordar que el propósito de Dios siempre se cumple en el tiempo perfecto. No importa cuán oscuro sea el camino o cuán fuerte sea la oposición, si confiamos en el Señor veremos Su mano obrando. Daniel salió victorioso del foso porque Dios estaba con él, y de la misma manera, nosotros también saldremos victoriosos si permanecemos firmes en la fe.
Que esta historia nos inspire a confiar más en Dios, a mantenernos fieles en la oración y a creer que Él nunca nos abandona. Los leones pueden rugir, pero nuestro Dios tiene el poder de cerrar sus bocas. Confiemos en Su propósito y veremos cómo Su gloria se manifiesta en nuestras vidas.