Muéstrame Tus caminos Señor

Los caminos de nuestro Dios son rectos y debemos cada día andar en ellos, porque estando en el camino recto de Dios conoceremos más de Él y de las cosas que debemos practicar día tras día.

Oh, Señor enseñamos Tus caminos cada día, fortalece nuestras vidas y quita toda venda que impida que nosotros andemos en Tus sendas, porque de esta forma podremos avanzar y no nos desviaremos de Tus estatutos.

El Señor es quien nos muestra el camino por donde debemos andar, Él es quien abre nuestros ojos para que no tropecemos. Demos gloria a Dios porque Él siempre está presente para ayudarnos cuando queremos desviarnos del camino. Dios es nuestro buen pastor.

El salmos 25 nos muestra unas palabras expresadas por David hacia Dios, pidiendo protección, perdón y dirección.

4 Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas.

5 Encamíname en tu verdad, y enséñame,
Porque tú eres el Dios de mi salvación;
En ti he esperado todo el día.

6 Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias,
Que son perpetuas.

Salmos 25:4-6

¿Por qué el salmista pedía estas cosas? Bueno, podemos ver que David, al igual que todos, aun siendo rey podía pecar y a veces eso pasaba, este hombre fallaba delante de Dios, pero como dice el texto que acabamos de leer, David pidió la dirección, el perdón y la protección de Dios.

Por eso como seres humanos que somos, en cualquier momento podemos fallar delante de Dios, no somos perfectos, pero si esto llega a pasar, ¿qué debemos hacer? Ir delante de la presencia de Dios, pedir perdón y también pedirle que cada día nos dé dirección y que nos proteja.

El camino recto y sus bendiciones

Caminar en los caminos del Señor trae grandes recompensas. La primera de ellas es la paz interior. Una persona que busca la voluntad de Dios experimenta una tranquilidad que no se puede comprar con nada en este mundo. Esa paz es el resultado de confiar en que Dios está en control de cada situación.

Otra bendición es la protección divina. El mismo David, en diferentes salmos, reconocía que el Señor era su escudo y fortaleza. Cuando nos mantenemos en sus sendas, aunque se levanten enemigos, sabemos que Dios nos librará y nos sostendrá con su mano poderosa.

La importancia de pedir dirección

Así como David pidió dirección, nosotros también necesitamos hacerlo. Cada día tomamos decisiones, algunas pequeñas y otras grandes, pero todas ellas pueden marcar nuestro futuro. Cuando pedimos a Dios que nos enseñe sus caminos, evitamos caer en errores que podrían costarnos caro. El Señor, a través de su Palabra y su Espíritu Santo, ilumina nuestras decisiones.

El ser humano muchas veces se deja llevar por sus propias pasiones o por lo que otros dicen, pero la Biblia es clara al decir que el camino del hombre puede parecer derecho a sus ojos, pero su fin es camino de muerte. Por eso es vital detenernos y buscar siempre la guía divina.

Aplicación práctica para nuestra vida

Podemos aplicar este mensaje en aspectos sencillos pero trascendentales: en la familia, en el trabajo, en los estudios y en las decisiones personales. Si pedimos a Dios que nos muestre el camino correcto, evitaremos tropiezos innecesarios. No significa que no enfrentaremos dificultades, pero sí que en medio de ellas tendremos la seguridad de que Dios nos guía.

También debemos recordar que andar en los caminos de Dios implica obediencia. No basta con pedir dirección, sino que es necesario seguir las instrucciones que Él nos da. La obediencia es la llave que abre las puertas de la bendición.

Conclusión

La enseñanza del Salmo 25 es clara: necesitamos que Dios nos muestre el camino recto, que nos enseñe sus sendas y que nos guíe con su verdad. Al igual que David, reconozcamos nuestras debilidades, pidamos perdón cuando fallemos y confiemos en su misericordia perpetua. Si caminamos bajo la dirección divina, nuestra vida será más segura, más plena y llena de propósito. Sigamos clamando como el salmista: “Muéstrame, oh Jehová, tus caminos”, y tengamos la certeza de que Dios nos escuchará.

Cómo hallar el perdón de Dios
El hombre prudente procede con sabiduría