Ha pasado mucho tiempo desde la reforma protestante, mucho tiempo cuando se expusieron las cinco solas, de las cuales una fue una «Sola Escritura», pero, los apóstoles también sabían que era solamente la Palabra de Dios que podía transformar a las personas, ¿tenemos nosotros eso presente estos últimos años?.
En el tiempo de la reforma se luchó mucho para que las personas de aquel tiempo reconocieran que solamente necesitaban la Biblia como su regla de fe y conducta, puesto que aquella sociedad estaba atrapada en la ignorancia, creyendo que el único que podía interpretar la Biblia era el papa, por lo cual, ni siquiera podían leer la Biblia.
Pero hoy no es así, tenemos la Biblia por todos los lados, impresa, en los móviles, en la PC, etc. Y damos gloria a Dios por todas sus bendiciones, pero, hoy en día acontece algo muy similar a lo que ocurrió en tiempos de la reforma, y el apóstol Pablo nos advirtió sobre esto:
1 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;
2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,
1 Timoteo 4:1-2
Hoy día tenemos este problema en nuestras iglesias, personas escuchando supuestas voces, viendo supuestos sueños (aunque sabemos que Dios puede actuar de diferentes maneras). Pero el problema está en que estas personas han dejado de escuchar lo que Dios dice a través de la Biblia y se han enredado en afanes que lo que hacen es tergiversar el cristianismo.
Esto es un mal viviente dentro de las iglesias, y deberíamos proclamar lo mismo que se proclamó en la reforma: «Sola Escritura». Que nuestras iglesias estén dirigidas por la Palabra de Dios, que nada sea más importante en la iglesia que la Palabra de Dios y de esta manera veremos corazones transformados en nuestros templos.