Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos

¿Sabes por qué Dios nos ama como nadie nos puede amar? Porque Dios siempre ha ido detrás de su pueblo buscando que se conviertan a Él. Dios tiene interés en nosotros y eso es increíble. Todo el antiguo testamento es sobre Dios buscando que su pueblo se arrepienta y guarde sus caminos, de la misma manera sucede a partir de la gracia, y es Dios buscando al hombre, ¿Acaso esto no es descabellado? Dios nos ama y por eso desea que vivamos para Él.

Una gran prueba de ese amor que Dios nos tiene, es ver como en el segundo capítulo del libro de Joel, Dios comienza advirtiendo a los hijos de Israel, pero luego hace una parada y les dice:

12 Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento.

13 Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.

14 ¿Quién sabe si volverá y se arrepentirá y dejará bendición tras de él, esto es, ofrenda y libación para Jehová vuestro Dios?

Joel 2:12-14

Jesús dijo que el mandamiento más importante es amar a nuestro Dios con todo nuestro corazón, y así se presenta en el libro de Joel, Dios demandaba de ellos que se conviertan de todo corazón, y eso mismo demanda Dios de nosotros hoy, que nos convirtamos a Él de todo corazón y eso también quiere decir que neguemos todo aquello que no agrada a Dios.

Samuel dijo: «He aquí, el obedecer es mejor que un sacrificio, y el prestar atención, que la grosura de los carneros». El pueblo de Israel hacía muchos sacrificios, pero Dios requería más de ellos, y eso era su corazón. Recordemos que Dios también les dijo: «Ustedes me honran con sus labios pero sus corazones están lejos de mí».

Busquemos a Dios con todo nuestro corazón, y recordemos que nuestro Dios es tardo para la ira y demasiado grande en misericordia, y gracias a damos a Él por ese amor con el que nos ha amado y por lo paciente que es para con nosotros.

...
La porción de mi herencia
Tú oíste la voz de mis ruegos cuando a ti clamaba
Compártelo usando uno de los siguientes iconos: