Hoy en día vemos tantas enseñanzas que dicen ser cristianas y frases que incluso hasta dicen que están en la Biblia, frases muy bonitas que tienen una buena intención, pero cuando las analizamos contra las Escrituras, encontramos errores en dichas frases.
La Palabra de Dios siempre nos ayudará porque son reveladas por el mismo espíritu de Dios, para que así no seamos engañados por los falsos maestros y por aquellos motivadores que solo te quieren decir cosas bonitas para aumentar tu autoestima y tu ego. A continuación desmontaremos muchas frases cristianas que son bonitas, pero no son bíblicas.
1 – Todos somos hijos de Dios (El diablo no tiene hijos)
Lamentablemente no, la Biblia misma hace distinción entre los hijos de Dios y los hijos del diablo. Es cierto que el diablo no ha parido a nadie, pero el que hace sus obras es hijo suyo. Les dejamos un ejemplo:
dijo: Tú, hijo del diablo, que estás lleno de todo engaño y fraude, enemigo de toda justicia, ¿no cesarás de torcer los caminos rectos del Señor?
Hechos 13:10
Si somos hijos de Dios, el mismo espíritu dará de testimonio de nosotros, y todos los que nos rodean podrán ver y confirmar que lo somos de verdad. Para seguir profundizando acerca del tema de los hijos del diablo, le recomendamos nuestra lectura ¿Puede una persona ser hijo del diablo?
Bíblicamente, llegar a ser hijo de Dios está ligado a la fe en Cristo y a la adopción espiritual, no a la mera creación. Ser criatura de Dios no es lo mismo que ser su hijo; la paternidad divina se afirma en quienes creen en el Hijo y obedecen su Palabra.
Por eso, más que repetir un lema popular, conviene examinar nuestra vida: ¿estamos reflejando el carácter del Padre? La filiación no se presume; se evidencia en el fruto del Espíritu, en el amor por la verdad y en el rechazo al pecado.
2 – Si Dios no te da algo es porque mereces algo mejor
A cualquiera le gustaría que le dijeran eso, pero lamentablemente lo único que merecemos es el castigo, si Dios nos da algo bueno es por su gracia, que no somos merecedores de ella:
nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,
Tito 3:5
El versículo anterior nos habla de la salvación, dice nos ha sido dada, no por hada que hubiésemos hecho, sino por la misericordia de Él. Aquí vemos claramente que cuando Dios nos da algo, no es necesariamente que lo merezcamos, sino que Él en su infinita soberanía quiso que así fuese.
Decir “mereces algo mejor” coloca el centro en nosotros y no en Dios. La perspectiva bíblica nos anima a confiar en la sabiduría del Señor, que sabe cuándo dar, cuándo negar y cuándo esperar, para nuestro bien eterno.
La verdadera paz no proviene de pensar que “merecemos”, sino de descansar en el carácter de Dios: su bondad, fidelidad y soberanía. Él es mejor que cualquier cosa que pudiéramos recibir.
3 – Yo decreto y Dios me obedece
Hay personas que piensan que Dios y los ángeles están a su servicio y están esperando a escuchar cualquier petición para movilizarse a su favor. Lo cierto es que Jesús nos enseñó que le pidamos a su Padre que se hiciera su voluntad:
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Mateo 6:10
Orar no es dar órdenes al cielo, sino someternos al Rey. La fe bíblica no manipula a Dios; se somete a su voluntad perfecta, convencida de que su plan es superior al nuestro.
Cuando pedimos conforme a Su voluntad, descansamos en su respuesta, sea “sí”, “no” o “todavía no”. La madurez cristiana se mide por cuánto buscamos su voluntad, no por cuántos “decretos” pronunciamos.
4 – Jesús no es religión, es relación
Esta frase se da cuando no saben el significado de la palabra «religión». Las personas que usan esta frase quieren darle el significado a la palabra religión de alguien que es legalista. Una de las definiciones de la palabra religión en el diccionario de la Real Academia Española es virtud que mueve a dar a Dios el culto debido. De manera que, cuando usted le rinde culto a Dios, usted es parte de la religión cristiana. La misma Biblia nos habla de la religión:
La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
Santiago 1:27
La relación con Cristo es el corazón del evangelio, y esa relación produce una práctica religiosa pura: adoración sincera y obras de misericordia. Relación y “religión” bíblica no son opuestas; la segunda brota de la primera.
El problema no es la religión en sí, sino la religiosidad vacía. Una fe viva se expresa en culto reverente y en servicio al prójimo, conforme al estándar que Dios mismo ha revelado.
5 – Dios cree en ti
Esta frase tiene diferentes variantes, y es usada para decir que Dios nos ha escogido para alguna tarea por alguna cualidad que Él vio en nosotros. Los que usan frases como «Dios cree en ti», «Dios cree en esta congregación», etc. se basan en los hombres que Dios escogió en la Biblia para cumplir con alguna misión. Pero ellos olvidan que Dios los escogió no porque vio algo especial en ellos sino porque Él así lo quiso.
Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho.
Salmo 115:3
La Biblia no presenta a Dios “creyendo en nosotros”, sino llamándonos a nosotros a creer en Él. La base de nuestra confianza no es nuestra capacidad, sino su poder y fidelidad.
Cuando entendemos la soberanía divina, descansamos en Su elección y en Su gracia, no en supuestas cualidades propias. Toda la gloria es suya; nuestra parte es obedecer y depender.
6 – Dios da más importancia a lo que somos, que a lo que hacemos
Lamentablemente todos los pecados son iguales delante del Señor (en cuanto al castigo) y tenemos que cuidar tanto lo que hacemos como lo que nosotros somos. Un día seremos juzgados todos, por lo que hicimos:
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
Apocalipsis 20:12
Dios transforma el ser para afectar el hacer; ambos importan. Una identidad en Cristo necesariamente se traduce en obras que honran su nombre.
Separar ser y hacer es un falso dilema. El árbol bueno da buen fruto: aquello que somos en Cristo se evidencia en la obediencia cotidiana.
7- Dios no te quita algo sin reemplazarlo por algo mejor
Hay que tener en cuenta dos cosas. Lo primero es que hay veces que Dios nos quita algo porque nos está dañando y no necesariamente tiene que reemplazarlo por otra cosa. Lo segundo es que hay cosas que son irremplazables. Los que han perdido seres muy queridos entenderán.
Dios es bueno aun cuando permite pérdidas. Su promesa no es sustituir cada cosa que se va, sino darse a sí mismo como suficiente en cualquier circunstancia.
La esperanza cristiana no descansa en “algo mejor” temporal, sino en el Bien supremo: la presencia de Dios, su consuelo y la certeza de su propósito eterno.
Conclusión
Muchas frases populares suenan alentadoras, pero no siempre son fieles a la Escritura. Como discípulos de Cristo, estamos llamados a probarlo todo a la luz de las Escrituras, abrazando lo verdadero y desechando lo que, aunque parezca bueno, no está arraigado en la verdad bíblica. Que nuestra fe sea profunda, obediente y centrada en Dios, no en eslóganes motivacionales.