Una lección de humildad es lo que encontramos cuando Jesús lavó los pies a sus discípulos, pues les enseñaba que tenían que hacer lo mismo con sus hermanos, porque si Él, siendo el mayor en el reino de los cielos lo hizo, qué más nos deja a nosotros que somos pequeños delante de Él.
Jesús siempre estaba hablando a los discípulos, enseñándole acerca de ser personas compasivas y misericordiosas con los demás, Jesús estaba haciendo todo esto debido a que algún día se iría de esta tierra. Estas enseñanzas servían para cuando sus discípulos anduvieran por todo el mundo predicando, enseñando acerca de las buenas nuevas de salvación.
Porque ejemplo os he dado,
para que como yo os he hecho,
vosotros también hagáis.
Juan 13:15
Jesús les hablaba y ponía el ejemplo para que ninguno de ellos se olvidaran de hacer esto con sus prójimos, y esto para que ellos entendieran que, aunque se consideraran mayores o menores, pudieran hacer este gesto de humildad.
De cierto, de cierto os digo:
El siervo no es mayor que su señor,
ni el enviado es mayor que el que le envió.
Juan 13:16
Jesús pone un ejemplo acerca de su Padre, que es mayor que Él y que los que están a su alrededor, dándole a entender que, si Él puede hacer estas cosas con nosotros, qué podemos decir del Padre que nos creó, que nos dio vida, que creó todas las cosas que están a nuestro alrededor, y que sus misericordias están sobre nosotros cada día, y que son nuevas día tras día.
Si sabéis estas cosas,
bienaventurados seréis si las hiciereis.
Juan 13:17
Bienaventurado aquel que sabe estas cosas y las pone en práctica, como dice en el versículo anterior. Esperamos que estas enseñanzas de Jesús para los discípulos, también las podamos poner en práctica mostrando humildad con los demás.