Mi Dios estará contigo

Cada día debemos creer en el Señor, en que Él está con nosotros, y lo estará hasta el final de los tiempos, guardando a cada uno de sus hijos y a todos aquellos que toman la decisión de seguirlo.

La fe en Dios es una fortaleza inquebrantable que sostiene la vida del creyente. No se trata solo de un pensamiento religioso, sino de una certeza profunda de que Dios acompaña a su pueblo en todo momento. Confiar en Él nos da paz en medio de la tormenta y esperanza cuando todo parece perdido. Así como un niño confía en las manos de su padre, nosotros debemos descansar en las manos de nuestro Dios, quien nunca abandona a los suyos.

El diario vivir a veces nos trae pruebas y dificultades las cuales también hace que dudemos del Señor, y cuando la duda llega a nuestras vidas, comenzamos a decir «no veo a Dios en medio de esta dificultad que estoy pasando». Pero nos equivocamos porque Dios siempre está con nosotros en todo momento.

Los problemas y las adversidades forman parte de nuestra vida terrenal. No obstante, debemos recordar que la Biblia nos enseña que Dios no nos dejará solos, aun cuando el dolor o la tristeza nos hagan pensar lo contrario. La duda es un enemigo silencioso que intenta robarnos la confianza, pero si nos aferramos a las promesas de Dios, podemos tener la certeza de que Él está obrando a nuestro favor. En esos momentos de incertidumbre, la oración y la lectura de la Palabra se convierten en las herramientas que fortalecen nuestra fe.

El libro de Crónicas nos hace mención del Salmista David hablando a su hijo:

Dijo además David a Salomón su hijo:
Anímate y esfuérzate, y manos a la obra; no temas,
ni desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo;
él no te dejará ni te desamparará,
hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Jehová.

1 Crónicas 28:20

Aquí vemos como el Salmista David le da consejo a su hijo diciéndole que no tema porque Dios está con él. Este consejo fue para cuando Salomón estuviera reinando hiciera todo según las leyes, que creyera en el Señor.

La instrucción de David a Salomón no era solamente un consejo paternal, sino un recordatorio espiritual de que el éxito en la vida depende de la obediencia y de la confianza en Dios. David sabía que dirigir a un pueblo no sería tarea fácil, pero también sabía que si Salomón confiaba en el Señor, nunca estaría solo. Es un mensaje que trasciende los siglos, y que sigue siendo relevante para nosotros hoy: no hay situación tan difícil que Dios no pueda sostener.

David estaba alentado a su hijo, lo estaba preparando para cuando comenzara a reinar sobre el pueblo de Israel, le instaba a que se esforzara en la obra del Señor, que no desmayara «porque Dios estará contigo, él no te desamparará». Es lindo conocer cada día a un padre como este que alentaba a su hijo, diciéndole que Dios está con él.

Cada palabra de ánimo que David pronunció fue un legado de fe y perseverancia. El liderazgo espiritual de un padre hacia su hijo refleja la importancia de transmitir confianza en Dios a las nuevas generaciones. Así como David alentó a Salomón, también nosotros debemos animar a nuestros hijos, amigos o hermanos en Cristo a no temer, sino a caminar con valentía y fe en el Dios todopoderoso.

He aquí los grupos de los sacerdotes y de los levitas,
para todo el ministerio de la casa de Dios,
estarán contigo en toda la obra;
asimismo, todos los voluntarios e inteligentes para toda forma de servicio,
y los príncipes, y todo el pueblo para ejecutar todas tus órdenes.

1 Crónicas 28:21

Sigamos hacia adelante en el Señor sin temor a nada, porque Dios está con nosotros siempre, Él no nos deja solo, podemos ver que él puso todos los que le servían tanto a Dios como a la casa de Dios, el Salmista los puso a que trabajaran con él en la obra del Señor. No olvides algo importante: Dios está contigo como poderoso gigante.

En este pasaje también aprendemos que la obra de Dios no es tarea de una sola persona, sino un trabajo en equipo donde cada quien tiene un rol importante. Los sacerdotes, los levitas, los voluntarios y el pueblo entero estaban llamados a colaborar en la obra. Esto nos enseña que en la vida cristiana no estamos solos; tenemos hermanos en la fe que nos apoyan, nos animan y caminan con nosotros en el propósito de Dios.

Cuando enfrentamos pruebas, es vital recordar que así como Dios le prometió a Salomón que no lo dejaría, esa promesa también es para nosotros. Dios permanece fiel a través de los tiempos, su amor es constante y su presencia nunca nos abandona. Por eso, podemos tener la confianza de que Él está trabajando en nuestra vida, incluso en los detalles que no comprendemos.

En conclusión, vivir confiados en que Dios está con nosotros nos da seguridad, paz y esperanza. Él no nos dejará ni nos desamparará, tal como lo prometió en su Palabra. Que cada día podamos levantarnos con la convicción de que nuestro Padre celestial camina a nuestro lado, fortaleciéndonos, animándonos y guiándonos hacia el cumplimiento de su propósito.

A solas con Dios
La eterna misericordia del Señor