Hoy en día tenemos un gran problema con el tema de la adoración a Dios, y es que en muchas ocasiones confundimos cuál es la verdadera adoración. Podemos caer en el error de pensar que adorar es solo cantar canciones, levantar las manos o pronunciar palabras bonitas. Sin embargo, la adoración que Dios demanda va mucho más allá de lo externo. El Señor tenía un problema con el pueblo de Israel respecto a la alabanza que solo venía de los labios, pero no del corazón, y por eso les dijo: “Este pueblo con sus labios me honra, mas su corazón está lejos de mí”.
Esto nos lleva a reflexionar profundamente: ¿Cómo es posible honrar a Dios con los labios, pero tener el corazón lejos de Él? La respuesta está en entender que la adoración verdadera no es una apariencia, sino una actitud constante de entrega y obediencia a Dios. No se trata de palabras vacías ni de gestos externos, sino de un corazón rendido delante del Creador.
Esta reflexión está basada en el evangelio de Juan capítulo 4, versículo 23, cuando Jesús dialoga con la mujer samaritana:
Un verdadero adorador entiende que adorar no es simplemente levantar las manos o gritar un “¡aleluya!”. Aunque esos gestos externos son válidos, la adoración auténtica va mucho más allá: nace en el corazón, en una vida rendida a Dios y en un caminar diario en obediencia. El pueblo de Israel caía en el error de alabar con los labios, pero con un corazón lleno de idolatría y desobediencia, y por eso Dios estaba disgustado con ellos. Nosotros debemos aprender de ese ejemplo para no repetirlo.
El apóstol Pablo, en Romanos 12:1, nos exhorta a presentar nuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, lo cual es nuestro culto racional. Eso nos muestra que la verdadera adoración no se limita a un culto dominical o a una canción, sino a entregar toda nuestra vida a Dios como un sacrificio de obediencia, pureza y servicio. La adoración verdadera se refleja en cómo tratamos al prójimo, en la manera en que obedecemos la Palabra, en cómo buscamos la santidad y en la forma en que permanecemos fieles en medio de las pruebas.
Ser un verdadero adorador es un estilo de vida. Significa reconocer a Dios en cada paso que damos, darle gloria en nuestros pensamientos, palabras y acciones. Es vivir de manera que todo lo que hacemos exalte a Cristo. Adorar en espíritu y en verdad implica que nuestra adoración no está condicionada a la música, al lugar, ni a las circunstancias, sino que brota de un corazón agradecido que reconoce la grandeza de Dios.
Para concluir, recordemos que el Padre está buscando adoradores verdaderos, aquellos que no fingen, aquellos cuya alabanza no es de labios solamente, sino de un corazón genuino. Que cada día de nuestra vida podamos adorarle con sinceridad, ofreciendo lo mejor de nosotros en todo momento. Que levantemos manos santas en cualquier lugar, que nuestro corazón siempre esté rendido delante de Él, y que nuestra vida misma sea una adoración continua que glorifique su nombre.
10 comments on “Nuestra mejor alabanza”
Amen k el amor de nuestro dios nos guarde para asi tener siempre nuestra manos asi ribas para amarlo de corazon
Amén q mi padre me llene más de su amor q su gracia me acompañe desde al amanecer hasta la anochecer p alabar y glorificar su precioso nombre dios mio t alabó en espíritu y en verdad t mereces toda la gloria y la contra
PAPITO DIOS en esta mañana te entrego todo lo que soy para que seas tú SEÑOR transformandome a tu voluntad PADRE SANTO a ti me entrego DIOS para que cambies mi forma de ser de actuar y saca de mi PADRE DIOS todo lo que no sea agradable a tus ojos y a tu corazón! Sólo quiero agradarte a ti mi padre poderoso en todo lo que haga en mi vida! Enséñame Espíritu Santo a adorar a Dios con todo mi corazón y genuinamente que nunca sea solo de palabra si no en verdad y en Espíritu! Cubreme PADRE con tu SANTO ESPÍRITU! Para honrarte glorificarte y adorarte como te lo mereces mi DIOS ! Todo lo puedo en ti JESÚS que me fortaleces! Gracias DIOS por ser mi PADREAMADO en el cielo gracias Dios por mi familia! En el nombre de tu santo hijo JESÚS AMEN y AMÉN
Bendito sea Dios bueno, Vos que nos habéis creado y que habéis cargada nuestros pecados por Amor, solo por Amor DIOS BUENO JESÚS.
Amén Jesús
AMÉN. GLORIA A DIOS, HONRA Y ALABANZAS A SU NOMBRE, AL REY DE REYES. AMÉN
Recuerdo esta alabanza:
Cubreme con tu amor rodeame
Tómame cerca quiero estar
Y al esperar nuevas fuerzas yo tendré
Y me levantaré como las águilas
Con el poder de tu amor…
Que nuestro Padre nos dé mucha paz y gozo a nuestras vidas. Amén
AMÉN DTB TE ALABO Y TE GLORIFICO ERES MI SUSTENTO AL LEVANTARME TE DOY LA HONRA Y LA GLORIA MI VIDA ERES TU MI DIOS SOLA NO PUEDO ME DAS EL PODER DEL ESPIRITU SANTO ALELUYA!!! BENDICE MI HOGAR MI FAMILIA DIOS LOS BENDIGA
En el artículo de los aforadores no es Mateo es Juan y disculpen
Quise decir adoradores y es en el libro de juan 4:23,24
Holis, Corrijan el versículo es Juan 4:23 tengan bonito día