Camina con Dios

Cuando confiamos en Dios y caminamos bajo su voluntad nos va bien, porque Dios es quien nos limpia el camino para que avancemos sin temor alguno. Aunque atravesemos valles oscuros, el Señor nos toma de la mano y camina con nosotros. Esa es la promesa que encontramos en toda la Escritura: nunca estaremos solos, porque Él es fiel a su pacto. Confiar en Dios no significa que no enfrentaremos problemas, sino que en medio de ellos tendremos paz, dirección y seguridad.

El Salmista David fue un hombre que entendió esta verdad de manera profunda. A pesar de todos los enemigos que se levantaban contra él, a pesar de las traiciones, persecuciones y pruebas, nunca dejó de confiar en Dios. Él sabía que el Señor era su guía, su protector y su fortaleza. Por eso escribió con convicción que Dios lo sostenía y le enseñaba el camino por el cual debía andar.

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.
Salmos 32:8

Esta es una promesa maravillosa: Dios mismo nos promete enseñarnos el camino correcto. Él no solo nos muestra la senda, sino que también nos acompaña y pone su mirada sobre nosotros. Es como un padre que cuida a su hijo mientras aprende a caminar, atento a cada paso para que no tropiece. Confiar en Dios es tener la seguridad de que Él va delante de nosotros, abriendo puertas, cerrando aquellas que no convienen y protegiéndonos de lo que no podemos ver.

Por eso el salmista podía decir con valentía que su confianza estaba puesta en Dios. Y nosotros también podemos tener esa misma certeza: si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros? Él es nuestro defensor, nuestro refugio y nuestra paz en medio de la tormenta. Debemos caminar con fe, no como quienes vagan sin dirección, sino como hijos que tienen un guía perfecto.

Pensemos por un momento: ¿qué hacemos cuando debemos transitar un camino peligroso que no conocemos? Lo lógico es buscar a alguien que lo conozca bien, alguien que ya lo haya recorrido. De esa misma manera, el Señor es quien mejor conoce el camino de la vida, porque Él es el Creador de todo. Caminar solos nos puede llevar a la destrucción, pero caminar con Dios es la garantía de llegar a salvo a nuestro destino. Él conoce las trampas del enemigo, las tentaciones que encontraremos y los obstáculos que nos esperan, y nos equipa para vencerlos.

No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
Porque si no, no se acercan a ti.
Salmos 32:9

David también nos exhorta a no vivir como el caballo o el mulo, es decir, sin entendimiento, rebeldes y necios, que solo se mueven bajo control forzado. Dios no quiere robots ni animales sin razón; quiere hijos que lo amen y confíen en Él voluntariamente. La sabiduría consiste en dejarnos guiar por el Señor, reconocer que Él sabe lo que nos conviene y obedecer su dirección aunque a veces no entendamos todo. La rebeldía nos aparta de su voluntad, pero la obediencia nos abre la puerta a su bendición.

Caminar bajo la voluntad de Dios implica rendición, fe y humildad. Significa aceptar que nuestros propios caminos muchas veces nos llevan a la ruina, pero el camino del Señor siempre nos conduce a la vida. A lo largo de la historia bíblica, quienes confiaron en Dios fueron guardados y bendecidos. Abraham salió sin saber a dónde iba, pero confió y heredó promesas eternas. Moisés se enfrentó al faraón porque sabía que Dios estaba con él. Daniel oró aunque su vida estaba en riesgo, pero Dios lo libró del foso de los leones. Todos ellos confiaron en el Señor y fueron sostenidos por su poder.

Querido lector, hoy Dios te recuerda que no estás solo. Él fija sus ojos sobre ti, te guía y te protege. Tal vez estés atravesando un valle oscuro, lleno de incertidumbre, miedo o pruebas, pero no temas: el Señor está contigo. Su promesa es clara: “Te enseñaré el camino en que debes andar”. Solo confía en Él, permanece bajo su voluntad y deja que sea tu guía fiel. Camina confiado en que el Dios Todopoderoso es tu ayudador y que nunca te soltará de su mano.

El Señor no te abandonará
Dios te ama