Deléitate en Jehová

En la vida cristiana nos encontraremos con distintos momentos que marcarán nuestro caminar. Algunos serán de pruebas y lágrimas, otros de gozo y plenitud espiritual. Lo importante es que en cada etapa podamos mantener nuestra fe firme en el Señor, confiando en que Él nunca nos abandona y que todas las cosas obran para bien a los que le aman. Los tiempos de aflicción nos forman y nos enseñan a depender de Dios, mientras que los tiempos de gozo nos recuerdan que la misericordia del Señor permanece para siempre.

En ocasiones tendremos momentos de aflicción, pero también llegarán momentos de gozo, los cuales tenemos que aprovechar. Seamos fieles al Señor y Él tendrá misericordia, y su gozo será eterno en cada una de nuestras vidas.

El gozo del Señor traerá a la vida de cada persona paz, amor, humildad, paciencia, bondad, y un espíritu de misericordia. Cuando el Señor llega a nuestras vidas todo es diferente, ya no hay tristeza porque nuestra tristeza se convierte en gozo.

Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

Salmos 37:4

El pasaje anterior nos recuerda que el verdadero gozo viene cuando aprendemos a deleitarnos en la presencia de Dios. Deleitarse en el Señor significa encontrar satisfacción en su Palabra, en la oración y en el servicio. No se trata solo de pedir bendiciones, sino de aprender a vivir una vida rendida a su voluntad, confiando en que sus planes siempre son mejores que los nuestros.

La palabra de Dios nos dice que si somos fieles en lo poco, entonces él nos será fiel en lo mucho. Dios cumple lo que promete, pero todo llega a su tiempo, pues nadie manda a Dios, solo Él en su voluntad y su infinita misericordia nos da todo lo que necesitamos, pero a su debido tiempo.

Esto nos enseña a tener paciencia, pues muchas veces queremos respuestas rápidas y olvidamos que Dios obra en procesos. La fidelidad en las pequeñas cosas es lo que prepara nuestro carácter para recibir cosas mayores. Quien es obediente en lo sencillo demostrará que puede ser responsable cuando llegue la abundancia.

Es bueno que en momentos difíciles nos gocemos en el Dios todopoderoso, seamos fieles, aunque tengamos problemas, que si las pruebas vienen, estemos preparados para que te nos inclinemos ante Dios y le pidamos fortalezas.

Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará.

Salmos 37:5

La confianza en Dios es clave para vivir en paz. Muchas veces cargamos con angustias y preocupaciones, pero la Biblia nos invita a entregar nuestros caminos al Señor. Cuando decidimos poner nuestras cargas en sus manos, el Señor actúa de maneras que jamás imaginamos. No se trata de dejar de luchar, sino de reconocer que sin Él nada podemos hacer.

Solo Dios conoce tus caminos, tus pensamientos, Él te guía cada día. Dios te dice donde hay peligro, donde puedes caminar, donde puedes pisar, solo Él puede ver las intenciones del maligno. Confía en Él y Él hará, Él tiene el control de todas las cosas.

El hombre puede hacer planes, pero solo el Señor conoce el futuro. Por eso, es necesario escuchar su voz en la oración, pedir su dirección y no apoyarnos únicamente en nuestra propia sabiduría. Cuando dejamos que Dios sea nuestro guía, evitamos errores que nos pueden costar caro y caminamos seguros bajo su protección.

Exhibirá tu justicia como la luz,
Y tu derecho como el mediodía.

Salmos 37:6

Dios es un Dios de orden, Él hace justicia con sus hijos, pelea por ellos, solo Él siempre está para socorrerlos, en nuestros mementos malos Él está, y también nos ayuda a vencer a las tinieblas en el nombre del Dios grande y fuerte.

El Señor es quien vindica a los que confían en Él. Aunque parezca que los impíos prosperan, llegará el momento en que la justicia de Dios brillará como la luz del mediodía. No necesitamos defendernos con nuestras propias fuerzas, porque Dios es nuestro defensor y protector.

En conclusión, los versículos de este pasaje nos animan a vivir una vida de confianza, fidelidad y deleite en Dios. Aunque pasemos por dificultades, el gozo del Señor será nuestra fortaleza. Confiar en Él es la clave para experimentar paz verdadera, pues su justicia y su misericordia nos acompañan todos los días de nuestra vida. Que cada lector pueda encomendar su camino al Señor y vivir con la certeza de que Dios siempre cumple sus promesas.

El perverso de corazón nunca hallará el bien
Jehová dio, Jehová quitó