A veces los seres humanos piensan que Dios no está mirando todas las cosas que ellos hacen, pero se equivocan porque los ojos de Jehová están puestos sobre nosotros.
Porque los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová,
Y él considera todas sus veredas.Proverbios 5:21
Nosotros no debemos olvidarnos de esto, porque existe un Dios real y poderoso que tiene el control de todas las cosas, Él tiene el dominio de todo, por eso si pensamos que podemos engañar a Dios, estamos equivocados.
No os engañéis; Dios no puede ser burlado:
pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
Gálatas 6:7
La Palabra de Dios no se equivoca, porque Él conoce todas las cosas, fueron creadas por el Dios grande y sublime. Aquí vemos que este verso nos dice que nadie puede burlar a Dios porque Dios todo lo ve y nada se le escapa.
Muchas personas creen que están burlando a Dios, y esto es porque ellos hacen mucho daño y al ver que Dios no hace nada en ese momento, se emborrachan, claudican, matan, fornican, violan, y hacen todos tipos de atrocidades.
Prenderán al impío sus propias iniquidades,
Y retenido será con las cuerdas de su pecado.
Proverbios 5:22
Cabe decir que al impío no le importa hacerle daño a otros aunque sepan que esto tiene consecuencias. Estas personas cuando cometen este tipo de maldad se olvidan de todo, y siguen haciendo daño y nunca se sienten satisfechos de lo que hacen.
El hombre siempre está pensando en que solo es él, y que con sus propias fuerzas lo puede hacer todo, pero no es así, porque nosotros vivimos y es por Dios, y si tenemos fuerzas y caminamos es por Él.
El morirá por falta de corrección,
Y errará por lo inmenso de su locura.
Proverbios 5:23
Cuando el hombre no es corregido por alguien, se le importa seguir haciendo daño a todo lo que se le pase por el frente, y esto hace que su mismo pecado lo conduzca cada día hacia la locura. Pero por no ser corregido a este hombre le llegará el momento de su muerte.
Es importante que reconozcamos que sin Dios no podemos hacer nada, y que nuestras vidas no pueden seguir vagando sin Dios, él debe ser el centro de todo en nuestras vidas. Amigo es bueno que, si tu vida está fuera de los caminos de Dios y que estás haciendo lo que a Dios no le agrada, entonces deje de hacerlo y te conviertas a Él, para que Dios pueda sanar tus heridas y pueda librarte de toda locura y de la muerte.
Cuando reflexionamos en estos pasajes, entendemos que Dios no es indiferente a lo que ocurre en el mundo. Cada acción que realizamos tiene un peso espiritual y una consecuencia inevitable. Puede que el hombre piense que sus actos quedan ocultos, pero la verdad es que nada escapa de la mirada de Dios, quien observa tanto lo bueno como lo malo.
En este sentido, la Biblia nos invita constantemente a examinar nuestro corazón y a reconocer que nuestras obras tendrán un fruto. El sembrador que siembra bondad recogerá bendiciones, pero aquel que siembra maldad cosechará dolor y destrucción. Esta es una ley espiritual que no cambia y que refleja la justicia divina.
Otro aspecto que debemos considerar es que la paciencia de Dios no debe ser malinterpretada. Que Dios no castigue inmediatamente no significa que apruebe el pecado. Más bien, su paciencia es una oportunidad para que nos arrepintamos, para que cambiemos de rumbo y busquemos la vida que Él nos ofrece en Cristo Jesús. Su misericordia nos da tiempo para reflexionar, pero no debemos abusar de esa gracia.
La verdadera sabiduría está en reconocer nuestra necesidad de corrección. El hombre que se deja guiar por la Palabra de Dios evita caer en la locura del pecado y encuentra dirección para cada área de su vida. La Biblia actúa como un espejo que nos muestra quiénes somos realmente y nos conduce hacia la verdad. Sin esa guía, el ser humano camina perdido, confiando en sus propias fuerzas, hasta que finalmente cae.
Por todo esto, debemos tomar una decisión clara: vivir de espaldas a Dios y cosechar consecuencias dolorosas, o acercarnos a Él con un corazón humilde y sincero. Cuando buscamos a Dios, encontramos perdón, restauración y un propósito verdadero para nuestras vidas. Ya no vivimos atados a la maldad, sino guiados por el amor y la esperanza que Él nos ofrece.
Conclusión: Dios todo lo ve, y nuestras acciones jamás pasan inadvertidas delante de su presencia. Por eso, el mejor camino es apartarse del pecado, reconocer nuestras faltas y buscar la gracia del Señor. No permitamos que el pecado nos atrape con sus cadenas, sino que entreguemos nuestra vida a Cristo, quien tiene poder para liberarnos, restaurarnos y darnos vida en abundancia. Hoy es el día para tomar la mejor decisión: caminar bajo la mirada de Dios con un corazón limpio y obediente.