7 hechos poderosos de Dios en la Biblia

En la Biblia podemos encontrar cientos de obras grandes que Dios ha hecho a través de toda la Escritura. Sin embargo, hay algunas que las recordamos más que otras porque nos parecen grandes en extremo. Hoy solo vamos a nombrar 7 hechos poderosos que Dios hizo en la Biblia, los cuales demuestran su poderío absoluto y su gran soberanía. También sabemos que a través de estos hechos mencionados, nuestra fe aumentará aún más.

1- La creación

La creación en general, es una obra muy grande de parte de Dios. Empezando desde la creación del universo, la tierra, las grandes lumbreras, la mar, los cielos, las bestias del campo, todo organismo vivo y terminando con: «El hombre». Esto es sumamente maravilloso, porque sabemos que servimos a un Dios que tiene el poder de crear objetos celestes, además de crear formas de vida, esto es sin duda alguna una obra grandiosa.

En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

Génesis 1:1

2- La salida del pueblo de Israel de Egipto

Todos hemos escuchado o leído alguna vez esta gran historia, pero lo que más debemos recordar es que esa historia fue real, no es un cuento ni tampoco fue inventada, Dios sacó al pueblo de Israel con mano fuerte del imperio del faraón. La Biblia nos narra obras poderosas que Dios hizo allí y entre ellas podemos destacar:

  1. Las 10 plagas (Éxodo 10)
  2. La división del mar rojo (Éxodo 14)
  3. Dios da maná al pueblo (Éxodo 16)
  4. Agua de roca (Éxodo 17)

Estas solos son 5 grandes obras, pero Dios hizo muchísimas más frente al pueblo de Israel.

3- La derrota de los Amorreos

Esta es una gran historia. Se imagina usted, ellos estaban en una guerra y sus enemigos eran los amorreos, sin embargo, ese día, el mismo Dios de los cielos peleó por ellos, pues Dios envió granizo desde los cielos:

Y mientras iban huyendo de los israelitas, a la bajada de Bet-horón, Jehová arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca, y murieron; y fueron más los que murieron por las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel mataron a espada.

Josué 10:11

Este episodio subraya que la victoria no dependió de la superioridad militar de Israel, sino del auxilio directo del Señor. La estrategia humana tiene su lugar, pero es Dios quien decide el resultado de las batallas. El texto muestra que el daño del granizo superó a la espada del ejército, recordándonos que el Señor dispone de los cielos y de la tierra como instrumentos de su propósito. Cuando Dios pelea por su pueblo, la creación misma se convierte en su aliado.

Además, este triunfo sucede en respuesta a la obediencia y al llamado de Josué. El liderazgo piadoso confía en la promesa del Señor y actúa con valentía, sabiendo que Él cumple lo que ha dicho. Así también nosotros, en nuestras “batallas” diarias, no confiamos en nuestra fuerza ni en nuestro número, sino en el Dios que puede revertir situaciones imposibles y humillar a los adversarios con medios que ni imaginamos. La derrota de los amorreos nos anima a clamar, a obedecer y a caminar sabiendo que la mano de Dios no se ha acortado.

4- Dios rescata del horno de fuego a sus siervos

En el libro de Daniel capítulo 3, se encuentra una historia muy inspiradora que nos demuestra la grandeza de Dios y como Dios muestra que Él es Rey de reyes. Dios libró de un gran horno de fuego a sus tres siervos que no querían adorar otros dioses y ellos salieron sin rastro alguno de quemadura:

25 Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.

26 Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego.

27 Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían.

Daniel 3:25-27

5- Un ciego recibe la vista

Jesús hizo cientos de milagros, de manera que la Biblia nos enseña en el libro de Juan que si se escribieran en libros todos los milagros que Él hizo no cabrían en la tierra. Pero vamos por lo menos a mencionar este, siguiente, uno tal que el pueblo de Israel no había visto un milagro como este:

41 diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista.

42 Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado.

Lucas 18:41-42

6- Pedro es librado de la cárcel

La Biblia nos enseña, hablando del apóstol Pedro:

6 Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel.

7 Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.

8 Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme.

9 Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión.

Hechos 12:6-9

Esto es una demostración de que no hay nada ni nadie que pueda detener la obra de Dios.

El relato también resalta el papel de la oración de la iglesia: mientras Pedro estaba encarcelado, la congregación oraba sin cesar por él (Hechos 12:5). Dios responde abriendo puertas de hierro, cayendo cadenas y guiando a su siervo paso a paso, incluso cuando Pedro pensaba que veía una visión. La liberación no dependió de influencias humanas, sino del Dios que envía a su ángel, alumbra en la oscuridad y conduce a su hijo fuera del peligro.

Este suceso nos enseña a perseverar en la intercesión aun cuando las circunstancias sean adversas. La soberanía del Señor frustra los planes de los impíos y afirma que la misión continúa. Si Dios quiere, ningún cerrojo puede impedir el avance del Evangelio, y ninguna cadena puede atar su Palabra.

7- La muerte del Hijo de Dios

Esta sí que tiene una importancia indescriptible, puesto que cuando todo se había perdido, cuando toda la humanidad se encontraba lejos de Dios, el Hijo de Dios vino como mediador de un nuevo pacto y nos unió juntamente con Dios nuevamente, justificándonos, haciéndonos libres de la condenación eterna, ¿acaso hay una obra más grandiosa que esta?

1 Y El os dio vida a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo según la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia.

Efesios 2:1-2

Damos gloria a Dios por todas su maravillas, por las que ha hecho y seguirá haciendo en nuestras vidas.

Conclusión

Estos siete hechos poderosos —desde la creación hasta la cruz, pasando por victorias imposibles, rescates milagrosos, sanidades y liberaciones— no son solo recuerdos del pasado: son señales del carácter inmutable de Dios. Él sigue siendo Creador, Libertador, Sanador y Soberano. Al contemplarlos, nuestra fe se fortalece para creerle en lo cotidiano y en lo extraordinario. Que cada prueba nos encuentre confiando en su poder, obedeciendo su Palabra y esperando su intervención a su tiempo perfecto. El mismo Dios que abrió el mar, arrojó granizo, guardó en el horno, abrió cárceles y nos dio vida en Cristo, es digno de toda nuestra confianza hoy y por siempre.

Esfuérzate y sé muy valiente
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