5 promesas Dios para los que están luchando

(ChristianToday) — De una forma u otra, todos luchamos contra algo. Pero llega un momento en nuestra vida cuando la lucha se vuelve abrumadora. Estos momentos vienen y van, y tal vez te sientas así el día de hoy.

Cinco promesas de Dios para los que están luchando

Podrás haber perdido un ser querido, tu matrimonio podría estar a punto de romperse, o tu negocio o carrera podría estar al borde del fracaso sin ningún punto de retorno. Todos hemos experimentado momentos como esos. Pero en estas situaciones podemos confiar en un Dios que nos ha hecho conocer sus promesas a través de su palabra y nos da la fe para creer que Él es capaz debido a la obra terminada en la cruz por medio de Cristo. En medio de lo incierto, su Palabra se convierte en un ancla segura que nos recuerda que no estamos solos ni olvidados. Él tiene un propósito incluso en medio del dolor.

Aquí hay cinco promesas que Dios ha hablado para aquellos que están pasando por una poderosa lucha en esta temporada de sus vidas.

1. Dios nos escucha

El Salmo 34:18 hace una poderosa declaración:

«Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón;
Y salva a los contritos de espíritu.«.

Dios ve y conoce tus luchas. Jesús pasó por la misma magnitud o incluso una mayor cantidad de pruebas que nosotros, y Él puede relacionarse con tu dolor. Y lo que Dios oye, no lo ignora. Esto significa que tus oraciones, aunque a veces parezcan débiles o sin respuesta, llegan al trono de la gracia. Él se inclina hacia ti como un Padre amoroso que se conmueve con las lágrimas de sus hijos. Cada clamor tuyo está registrado en su presencia, y aunque no siempre conteste de la forma o en el tiempo que esperamos, siempre responde de acuerdo con su perfecta voluntad.

2. Nuestro trabajo no es en vano

1 Corintios 15:58 declara:

«Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano».

Mientras trabajamos duro para conquistar esas batallas, Dios pelea con nosotros y nuestros esfuerzos no serán en vano. Recibirás tu recompensa a su debido tiempo. Tal vez hoy no veas fruto, pero el Señor no es injusto para olvidar tu obra y el amor que has mostrado hacia su nombre. Cada acto de obediencia, cada lágrima derramada en secreto, cada paso de fe es contado como tesoro en los cielos. Aunque el mundo desprecie o no valore tu esfuerzo, Dios promete que nada de lo hecho en su nombre se perderá.

3. Podemos descansar en Cristo

No hay lugar para rendirse en el reino de Dios, pero seguro que hay más que suficiente espacio para descansar. Jesús nos invita a todos a venir a Él cuando estamos agobiados y cansados y experimentamos su descanso:

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;

(Mateo 11: 28-29)

Debido a que Dios lucha por nosotros, podemos depositar nuestra armadura cada tanto para permitir que nuestro Pastor nos guíe por pastos verdes y aguas tranquilas. Descansar en Cristo no significa pasividad, sino aprender a confiar en que Él sostiene nuestra vida y que no todo depende de nuestro esfuerzo. Cuando descargamos nuestras cargas sobre Él, encontramos paz en medio del caos, porque su yugo es fácil y ligera su carga.

4. La lucha construirá nuestro carácter

Los que luchan siempre saldrán de la lucha con cicatrices, pero también saldrán de ella más fuertes y mejores. Esa es la promesa de Dios para ti si estás luchando. Aunque no siempre podemos mejorar nuestras circunstancias externas, tenemos control sobre nuestro carácter interno. Romanos 5: 3-4 dice:

«No sólo eso, sino que nos regocijamos en nuestros sufrimientos, sabiendo que el sufrimiento produce resistencia, y la resistencia produce carácter, y el carácter produce esperanza».

Dios usa nuestras batallas para refinarnos como el fuego refina el oro. Cada prueba se convierte en una oportunidad para crecer en paciencia, humildad y dependencia de Él. El carácter que se forma en medio de la lucha no puede ser adquirido de otra manera. Las cicatrices de hoy serán testimonios mañana de cómo Dios nos hizo más firmes en la fe, más compasivos hacia los demás y más fuertes para enfrentar nuevas pruebas con esperanza.

5. La gracia de Dios será más que suficiente

El poder de Dios funciona mejor en nuestras más profundas debilidades:

Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

(2 Corintios 12: 9)

No siempre se siente bien admitir la debilidad, pero le da a Dios una vía para mostrarnos de lo que Él es realmente capaz si le permitimos hacer su obra a través de nosotros y a través de nuestra situación. Su gracia no es escasa ni limitada, sino abundante y suficiente para cada necesidad. Cuando nos reconocemos frágiles, entonces experimentamos la fortaleza sobrenatural que viene solo de Cristo. La gracia no elimina las pruebas, pero nos capacita para atravesarlas con confianza y poder espiritual, mostrando al mundo que no vivimos por nuestras fuerzas, sino por la vida de Cristo en nosotros.

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