¿Puede una persona ser hijo del diablo? Veamos qué dice la Biblia

¿Es usada la frase «hijo del diablo en la Biblia»? Muchas personas tienen la creencia de que todos somos «hijos de Dios», mas no es así, solo aquellos que reciben a Jesús como el Cristo tienen tal potestad: Pero a todos los que Lo recibieron, les dio el derecho (el poder) de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en Su nombre (Juan 1:12).Continuamos: ¿Tiene satanás hijos? Hay un dicho muy conocido que todos nosotros alguna vez en la vida hemos pronunciado: «Padre no es el que engendra, sino el que cría». Cuando en la Biblia se aplica el término «hijo del diablo o hijo de Dios» está hablando más en un sentido espiritual, dado que todos nosotros hemos sido engendrados por un padre terrenal, pero, la pregunta es: ¿Hacemos la voluntad de Dios o de lo contrario?

Mateo 6:24 dice:

Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

Este versículo presenta a las riquezas como otro señor, pero, sería lo mismo decir lo siguiente:

El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama. (Lucas 11:23)

Todo esto es lo mismo que los equipos de diferentes deportes: si usted es de un equipo va contra el otro. Si usted es de la luz va contra las tinieblas, si usted es de las tinieblas va contra la luz. Esta comparación nos ayuda a entender que, en términos espirituales, no existe un punto intermedio. No se puede vivir parcialmente en la verdad y parcialmente en la mentira; o se pertenece al reino de Dios o se permanece bajo el dominio de las tinieblas. La Biblia nos enseña que la neutralidad espiritual no existe y que nuestras acciones reflejan a quién estamos sirviendo en realidad.

¿El diablo tiene hijos? Veamos algunos casos Bíblicos donde se utiliza este título:

Jesús lo usó:

Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. (Juan 8:44)

Pablo lo usó:

dijo: Tú, hijo del diablo, que estás lleno de todo engaño y fraude, enemigo de toda justicia, ¿no cesarás de torcer los caminos rectos del Señor? (Hechos 13:10)

Juan lo usó:

El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo. (Juan 3:8)

Estos ejemplos nos muestran que la frase «hijo del diablo» sí se encuentra en la Escritura y es utilizada en un contexto espiritual, para describir a aquellos que rechazan a Dios y persisten en la mentira, en la injusticia o en la práctica del pecado. No se trata de un término físico o biológico, sino de una realidad espiritual que identifica a quienes siguen la voluntad de Satanás en lugar de la de Dios.

En todo esto hay algo muy importante que debemos entender, y es el hecho de no hacer como muchos han hecho: salir por las calles sin amor y paciencia diciendo «hijo del diablo» al impío. Esto no es correcto. Que existan hijos del diablo, la Biblia lo aprueba y lo enseña, pero nosotros no hemos sido llamados a hacer de este término nuestra frase favorita. Al contrario, el evangelio nos llama a predicar con amor, a corregir con mansedumbre y a anunciar la verdad de Cristo para que quienes aún viven bajo engaño puedan ser libertados por la verdad del evangelio.

Ser «hijo de Dios» no es una etiqueta que cualquiera pueda tomar para sí, sino un privilegio dado por medio de Cristo Jesús. De la misma forma, ser «hijo del diablo» no es un insulto vacío, sino una consecuencia de vivir alejado de la luz y practicando la mentira y el pecado. Por eso, más que utilizar estas expresiones como ofensa, debemos reflexionar en qué lado estamos nosotros y cuál es la voluntad que realmente estamos cumpliendo: la de Dios o la del enemigo.

En conclusión, la Biblia sí utiliza la expresión «hijo del diablo», pero siempre en un sentido espiritual y con un propósito claro: mostrar la diferencia entre quienes pertenecen al Reino de Dios y quienes siguen el camino de las tinieblas. Nuestro llamado como creyentes no es condenar, sino invitar a todos a recibir a Cristo, porque solo a través de Él podemos ser hechos verdaderamente hijos de Dios.

¿Los demonios tienen nombre?
¿El diablo se lleva gente al infierno?