¿Qué dice la Biblia sobre «dar para recibir»?

Vivimos en una época muy peligrosa con la corriente de la «prosperidad». Tenemos un montón de predicadores diciendo que si das Dios te va a multiplicar tus ingresos y te va a dar casas y carros y esto ha dañado en gran parte a muchas personas, puesto que dan por el hecho de recibir y cuando ven que no reciben nada esto causa gran decepción. Por otro lado tenemos un grupo de personas que se han olvidado de la generosidad o del dar por el hecho de la doctrina de la prosperidad, porque están cansados de escuchar esto. Más ningunas de estas cosas deben afectar nuestro sentido de ser generosos.

El apóstol Pablo nos inspira a este sentir de dar o de ser generosos y nos dice:

a) No con tristeza

Este es un gran principio sobre el dar. Si damos con tristeza no estamos haciendo nada, es como aquella persona que no da nada y posiblemente peor, porque está dando a Dios con un corazón lleno de tristeza porque lo está haciendo como obligación, no en el sentido de generosidad. Si vas a llevar tus ofrendas o el diezmo primero debes tener un corazón generoso que sepa dar con alegría.

b) Ni por necesidad

Muchas personas llevan sus diezmos y ofrendas como un «trueque», creen que mientras más lo hagan más van a recibir y esto es un error grave. Escuché a un predicador decir: «si piensas que a través del dinero te vas a ganar a Dios estás en un grave error». No podemos pensar que nuestras bendiciones provienen únicamente de esto, pues nuestras bendiciones dependen de lo que el hijo de Dios hizo en la cruz. Si vas a dar, no puedes hacerlo por necesidad, debes hacerlo con un corazón generoso que agradece a Dios por sus bendiciones sin importar si recibirás o no.

c) Porque Dios ama al dador alegre

Esta es nuestra gran respuesta de los puntos anteriores «Dios ama al dador alegre». En el libro de Hechos Lucas nos narra una situación de mucho terror y es el caso de Ananías y Safira, ellos habían dado, mas no con un corazón muy alegre, pues habían sustraído de la heredad y luego sabemos lo que pasó, en resumen «Dios no se agradó de ellos». Debemos de dar con un corazón alegre, no para ganarnos el favor de Dios o de los hombres sino porque estamos agradecidos de las bendiciones de Dios y eso crea en nosotros un sentido de generosidad.

Martín Lutero, uno o el más influyente en la reforma protestante, según fuentes históricas nos narran que tuvo un fuerte sentido de generosidad, era tan fuerte que daba hasta el punto de quedarse con poco o sin nada.

Que la presente corriente de la prosperidad no quite el sentir de ser generosos en nosotros.

5 versículos bíblicos sobre el arrebatamiento de la iglesia
Siete versos de la Biblia sobre el cielo