¿La Palabra de Dios es nueva cada día?

Este es el tercer artículo de nuestra serie sobre versículos de la Biblia que sacamos de contexto. En esta ocasión hablaremos sobre un dicho muy popular, que es escuchado con mucha normalidad en las congregaciones. Está basado en Lamentaciones 3:23:

Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.

Muchas personas dicen: «Las Palabras de Dios son nuevas cada día». Es verdad que un predicador puede traernos una enseñanza de un pasaje bíblico y otro nos puede enseñar otros puntos con el mismo pasaje bíblico. También nosotros mismos en nuestro estudio diario de la Palabra podemos leer un pasaje que ya habíamos leído hace tiempo y extraer alguna nueva enseñanza. Sin embargo, debemos ser cuidadosos y preguntarnos: ¿se refería realmente a esto Jeremías cuando escribió estas palabras? Para responder a esta pregunta, lo más responsable es ir al contexto y leer el versículo anterior, Lamentaciones 3:22:

22 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.

23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.

Al leer ambos versículos en conjunto, entendemos que Jeremías no estaba hablando de que las enseñanzas bíblicas se renuevan cada día, sino que se estaba refiriendo a las misericordias del Señor. El profeta estaba en medio de un tiempo de dolor, lamento y sufrimiento al ver a Jerusalén destruida, pero en medio de todo ese dolor recordaba una verdad eterna: Dios sigue siendo fiel, y su misericordia se renueva cada día. Esto significa que, a pesar de nuestros pecados y de nuestras caídas, Dios no nos consume porque su misericordia permanece firme.

Este pasaje nos invita a reflexionar en que lo que realmente es nuevo cada mañana no son palabras inventadas por los hombres, ni nuevas interpretaciones caprichosas de la Biblia, sino la misericordia constante de Dios. Cada amanecer es una muestra de la fidelidad divina, un recordatorio de que no dependemos de nuestras fuerzas, sino de la gracia del Señor. Jeremías encontraba esperanza en medio de la ruina porque sabía que Dios no lo había abandonado, y esa misma verdad nos sostiene a nosotros hoy.

Cuando decimos “grande es tu fidelidad” no se trata de una frase poética sin peso, sino de una confesión de confianza en el carácter de Dios. Él no cambia, no falla, y cada día extiende su gracia a sus hijos. Por eso, este versículo es una fuente de consuelo para los creyentes: nos recuerda que, aunque ayer hayamos fallado, hoy tenemos nuevas oportunidades en Cristo para levantarnos, arrepentirnos y continuar caminando con Él.

Así que, más que usar este pasaje para hablar de “palabras nuevas” o “enseñanzas frescas”, debemos enfocarnos en el mensaje central: la misericordia de Dios es inagotable y se renueva constantemente. Esto nos invita a vivir agradecidos, conscientes de que no es por mérito propio que permanecemos en pie, sino porque Dios, en su fidelidad, nos sostiene día tras día. Grande es su fidelidad, ayer, hoy y siempre.

Esperamos que este artículo haya sido de gran bendición y que nos ayude a comprender mejor el contexto de este hermoso pasaje. No olvidemos que la Palabra de Dios debe interpretarse con cuidado, buscando siempre el mensaje que el autor quiso transmitir bajo la inspiración del Espíritu Santo.

Próximo artículo de la serie: Qué dice la Biblia sobre las prendas y los peinados

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