¿La mujer cristiana puede usar pantalones?

¿Debe una mujer usar pantalones? Esta es una pregunta frecuente, especialmente en la cultura latinoamericana. Muchas denominaciones permiten el uso del pantalón en las mujeres, mientras que otras no lo permiten, basándose en Deuteronomio 22:5.

No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.

En realidad, en aquel tiempo los hombres no usaban pantalones. Lo que este pasaje quiso enfatizar es que los hombres no deben lucir como mujeres, ni las mujeres como hombres. Era una manera de distinguir al pueblo de Israel de las demás naciones, muchas de las cuales practicaban el travestismo como parte de sus ritos idolátricos. Para Dios, en la ley de Moisés, era importante que su pueblo mantuviera una distinción clara entre la vestimenta masculina y femenina, marcando así una diferencia esencial en la identidad de género.

El texto subraya la importancia de la vestimenta física de alguien que pertenece al pueblo de Dios, pero el principio va más allá de lo externo: establece que Dios creó dos géneros, hombre y mujer, y que ambos deben vestir de forma distinta, según lo establecido desde el principio. Este pasaje nos recuerda que, aunque el mundo considere normales ciertas prácticas, el pueblo de Dios no debe seguir las costumbres de las demás naciones.

En nuestra cultura, durante mucho tiempo se consideró que los pantalones eran exclusivos de los hombres, lo que llevó a que en muchas congregaciones se concluyera que la mujer no puede usar pantalones. Incluso, algunas iglesias lo establecen en sus estatutos, citando esta parte de la ley de Moisés. Y sí, podríamos decir que estas palabras pueden aplicarse hoy, pero no en el contexto cultural de antes, sino en el actual. Basta pensar que, en tiempos de Moisés, los hombres usaban un ketonet (túnica), que era como una camisa larga hasta las rodillas o tobillos. La diferencia con la de las mujeres radicaba en que la túnica femenina era más larga y de diseño distinto.

Si aplicáramos este verso de forma literal y cultural, los hombres de hoy también deberían usar túnicas y no pantalones. Por eso es importante distinguir entre mandatos culturales y principios bíblicos. Cuando literalizamos todo sin discernimiento, caemos en errores básicos.

La Biblia ordena vestir con pudor y modestia. Si una mujer va a usar pantalón, que lo haga con pudor y modestia; de igual manera, si un hombre va a usar pantalón, que lo haga también con pudor y modestia. En ambos casos, que el hombre vista como hombre y la mujer vista como mujer.

«Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos.» (1 Timoteo 2:9)

Simplemente nuestra ropa debe comunicar respeto por Dios. Que antes de salir de nuestras casas nos miremos en el espejo y nos preguntemos si estamos vestidos decentemente y si nuestra ropa agrada al Creador.

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