Esta es una oración del salmista David. Él pedía al Señor que le enseñara Su camino para así poder caminar en Su verdad, debido a que el Señor era quien conocía todas las cosas. De esta manera, el salmista entendía que la dirección la tenía Dios en Sus manos.
Cada paso a dar tenía que ser bajo la voluntad divina del Señor. David sabía que no podía hacer las cosas sin las órdenes del Señor, ya que cualquier error podría ser costoso. Es por eso que vemos que dice: «Enséñame tu camino, caminaré yo en tu verdad.»
Es muy importante lo que el salmista dice en el capítulo 86, verso 11:
Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad;
Afirma mi corazón para que tema tu nombre.
Salmos 86:11
Este mensaje es muy importante para nuestras vidas. El poder decir al Señor: «Afirma mi corazón para que tema yo tu nombre, guarda mi corazón y endereza tú mi camino, Señor.»
David entendía que su esperanza venía del Señor y que debía ser cuidadoso a la hora de hacer o mover algo, ante un pueblo que estaba pendiente de cada paso que daba. Por eso debía pedirle al Señor que le ayudara y enderezara su camino.
Hermanos, no optemos por actuar por nosotros mismos sin consultar a nuestro Dios, porque cuando actuamos de esta manera y no pedimos que Dios sea quien dirija nuestros caminos, cuando no dejamos que el Señor afirme nuestros pasos, todo se sale de control. Es por eso que lo más recomendable es obedecer y dejar que Dios nos enseñe Su camino.