El Señor es una bendición para cada uno de nosotros y es por eso que demos lo mejor de nosotros, que cuando demos esa ofrenda al Señor, sea del corazón y sea una ofrenda sumamente agradable.
Él es nuestro Dios poderoso, por eso debemos agradecerle por todo lo que nuestro Dios hace con nosotros y lo que hoy día sigue haciendo en nuestras vidas. Dios es grande, sublime y poderoso. Demos ofrenda, ofrenda que perfumen Su trono, que Su nombre brille por todo lugar, que Él sea exaltado para siempre por los siglos de los siglos.
Alabemos Su nombre para siempre. Dios invencible y creador de todas las cosas, ¿cómo no dar lo mejor a nuestro Señor?. Ofrezcamos ofrenda que llene Su trono de alabanzas.
Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;
Génesis 4:4
En Génesis encontramos que cuando Abel fue delante de Dios a dar su ofrenda, ofreció de lo mejor de su siembra. Abel era un hombre dedicado y sabio.
Como personas creadas por Dios, y que cada día su infinita misericordia está sobre nosotros, demos lo mejor a Dios, demos una mejor ofrenda así como lo hizo Abel.
Ante todo no nos olvidemos que si hoy lo tenemos todo, es porque Dios lo ha permitido, así que, demos todo lo mejor que salga de nuestros corazones a Dios. Demos cada día una mejor ofrenda agradable a Dios.