Clamé a Ti, oh Jehová; Dije: Tú eres mi esperanza

¿Acaso existirá alguien más en el cual podamos confiar? Solo existe uno y es nuestro Dios Todopoderoso.

Cuando clamamos a Dios en momentos de desesperación, somos atendidos, pero en su tiempo. Dios es nuestro socorro y nuestra esperanza. No dudemos de Él.

La confianza en nuestro creador deber ser firme y con carácter maduro, para que así podamos soportar todas las dificultades.

Él es paz en medio de la tormenta, luz en medio de la oscuridad, Él llega a la vida de aquel que se siente sin esperanza. Por esto debemos alabar su nombre y decir «¡Oh Señor Tú eres mi esperanza para siempre». Como en el salmo 142:5

Clamé a ti, oh Jehová;
Dije: Tú eres mi esperanza,
Y mi porción en la tierra de los vivientes.

Escucha mi clamor, porque estoy muy afligido.
Líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo.

Salmos 142:5-6

Aunque nos encontremos en tierras donde seamos extraño, Dios será nuestro socorro y refugio, nuestra porción viene de Él. Para muchos serás un extraño, pero para Dios no, porque Él conoce todas las cosas, ya que fueron creadas por Él y para Él.

El autor de este salmo pedía la ayuda de Dios, debido a sus luchas y procesos, le pedía al Señor para que Él le diera fortaleza y para que su río corriera por su interior, ya que estaba afligido, pero ¿a quién iremos sino a Ti Señor?.

Recordemos que debemos tener un espíritu apacible y lleno de amor, ser humildes y humillarnos delante de Dios, no nos hagamos los fuertes, pidamos a Dios, Él no niega ayuda a un alma afligida.

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La misericordia de Dios perdona nuestros pecados
En Dios está acallada mi alma, de Él viene mi salvación
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