De una cosa estoy seguro de forma intuitiva: los caminos de Dios son más altos que los mios. Lo cual significa que: Si él revela a través de la Biblia, sus formas de amarme, ciertamente seran chocantes.
La facilidad con que la raza humana se atreve a decirle a Dios cómo debe amar es impresionante. Sólo hay una manera de saber como Dios me ama: Escucha lo que te dice, y créele.
Una de las cosas que él me dice en la Biblia es que desde la eternidad él amó a Israel de manera diferente en que ama a las otras naciones. Y luego me dice que hay un Israel verdadero compuesto por creyentes en Jesús, el Mesías, a quien ha amado desde la eternidad de una forma diferente a la manera en que ama a otras personas. Esto es chocante.
Diferente a Todas las Naciones
Tanto en el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento, Dios está empeñado en decirnos esto. Como un príncipe diciéndole a una sucia y sangrienta niña abandonada: Eres mía, Te amo. te amo como a ninguna otra. Te Levantaré, te limpiaré, y me casaré contigo (Ezequiel 16:1-14).
Dios le dijo a Israel en el exilio: «Con amor eterno, te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.» (Jeremías 31:3). Detrás de todos los actos divinos de amor en la historia de Israel estaba el amor eterno. Ella era amada antes de que ella fuera.
«No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido,… sino por cuanto Jehová os amó» (Deuteronomio 7:7-8). Él la amaba diferente a todas las naciones porque la amaba. No era una respuesta a ella. Pues fue antes de que ella fuera..
Él le dijo que este amor era sólo para ella, no para Esaú ni los Edomitas. «Yo os he amado, dice Jehová; y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Jehová. Y amé a Jacob, y a Esaú aborrecí» (Malaquias 1:2-3) Esto es chocante. ¿Escucharemos? Él amó a Israel. Únicamente. Desde la eternidad.
Los creyentes en el Mesías
En el Nuevo Testamento, Pablo deja claro que todo el tiempo ha habido un Israel verdadero, un remanente dentro de la nación de Israel – aquellos que verdaderamente confían en Jesús el Mesías. «Sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra» (Romanos 2:29). «No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.» (Romanos 9:8).
Y acerca de estos «hijos de Dios», él continúa y dice, «no sólo de los judíos, sino también de los gentiles» (Romanos 9:24). «Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego» (Romanos 10:11-12).
Luego él hace claro que estos verdaderos Judios – estos hijos de Dios, estos creyentes en el Mesías – han sido amados por Dios desde toda la eternidad, de manera diferente a todas las demás naciones.
Amados con un gran amor
«Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo… en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo» (Efesios 1:4-5) Él nos amó antes de que fuéramos creados o adoptados – o casados. Como un príncipe buscando en un reino de traidores viciosos para elegir como su esposa a una quien lo despreciaba.
Esto es lo que él me dice en la Biblia acerca de la como él me ama. Él me salvó «según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada [a mí] en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,» (2 Timoteo 1:9). Él me amó así antes de la creación.
Pablo le llama a esto un «gran amor». Y él dice que lo que lo marca como grandioso es que a causa de ello, Dios vino a mí en mi sangre, en mi suciedad, en mi traición y en la mortandad de mi corazón, y me hizo vivir. «por su gran amor con que nos amó, nos dio vida juntamente con Cristo» (Efesios 2:4-5). Un gran amor nos dio vida.
Esto es chocante. Esto a menudo es más de lo que puedo soportar. Él me encontró muerto «como el resto de la humanidad» (Efesios 2:3). Pero no me dejó muerto, aunque eso era lo que merecía. Miró dentro de mi tumba apestosa y dijo: «John, ven fuera» (Juan 11:43). Me dio el don de la fe (Efesios 2:8; Filipenses 1:29). Me adoptó. Me incluyó en su pueblo, su novia.
¿Te Rendirás?
Este es un mundo de amor, que es diferente a todo lo que conocemos entre los hombres. El comprender este amor, el sentir este amor, no es natural. El conocer este amor, el sentir este amor por lo que es, requiere la experiencia de este amor, lo cual es la obra de este mismo amor.
¿Quieres ser amado de esta manera? Puede que no. Sin duda, sería natural exigirle a Dios que ame de manera más democrática, de manera más universal – que él no escoja a Israel de entre todas las naciones, que no elija una novia de entre todos los pueblos. Tal vez usted no quiere ser amado así.
Pero si entiendes lo que él está diciendo, y si quieres ser amado así, entonces ríndete a este amor que ya está obrando en ti, y abraza su máxima expresión, Jesús, el Hijo de Dios y Mesías. «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.» (Romanos 10:9). Encontrarás que has sido amado con un gran amor por toda la eternidad. Oro por que hagas esto.